Los avisos de las autoridades advirtiendo de que el dióxido de cloro no está autorizado para tratar el coronavirus no frenan las largas filas de gente en farmacias de ciudades como Cochabamba, una de las más afectadas por la enfermedad en Bolivia.
Los “casos de recuperación” al tratarse con este compuesto, que escuchó sobre enfermos que superaron el nuevo coronavirus, le animaron a esperar pacientemente en la fila, comenta Javier.
Este hombre de mediana edad espera su turno ante una farmacia en la plaza principal de Cochabamba, junto a otras muchas personas que como él ven en este producto una tratamiento alternativo para el COVID-19, incluso de forma preventiva para evitar contagiarse.
”Hemos visto que sí tiene respuesta”, asegura Delia, quien señala que en el mercado no se encuentra “nada que nos pueda tratar” contra esta enfermedad en Bolivia.
La mujer mantiene que este tipo de remedios son “la única alternativa” ante el coronavirus y destaca que compañeras de trabajo tuvieron “una mejora casi inmediata” al tomar el compuesto químico.
”Qué las autoridades reaccionen, no queremos seguir viendo muertos en Cochabamba”, exclama.
Cochabamba, con algo más de 600.000 habitantes, ha vivido en los últimos días episodios de personas que fallecen en la calle con síntomas de coronavirus cuando van en busca de atención en algún centro de salud, pues muchos están colapsados, y de familias que por días esperan en casa con el féretro de un fallecido por la enfermedad, al estar saturado el cementerio de la ciudad.
Esperas desde medianoche pese a las advertencias
Las filas en farmacias incluyen a muchos policías y militares, pues hay compañeros fallecidos y contagiados por el nuevo coronavirus al estar desplegados en las calles en tareas de control de la cuarentena decretada en Bolivia.
La Farmacia Boliviana, una de las más antiguas de la ciudad, ve cada día ante sus puertas la fila de gente que incluso desde medianoche espera para poder adquirir el dióxido de cloro en Cochabamba, mientras otras avisan con carteles de que el producto está agotado.
Largas filas pese a que el gobierno interino de Bolivia desautoriza el uso del dióxido de cloro y el clorito de sodio para enfermos con COVID-19, incluso advierte de un fraude y del riesgo para la salud, pues este tipo de “soluciones milagrosas” no son medicamentos y su venta puede ser ilegal.
El dióxido de cloro y el clorito de sodio son químicos usados para desinfectantes y otros usos industriales, sin evidencia científica que los respalde como remedio contra el COVID-19 ni otras enfermedades, a pesar de lo que se publicita en redes sociales, alerta el Ministerio de Salud de Bolivia.
La Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos asegura que, por el contrario, pueden provocar insuficiencia respiratoria y hepática, cambios en la actividad eléctrica del corazón, vómitos y diarrea.
La Organización Mundial de la Salud y países como Estados Unidos, Canadá, España, Francia, Argentina, Brasil, Colombia, Chile y Perú han lanzado antes alertas sobre los daños de estos productos.
Con unos once millones de habitantes, Bolivia registra 1.638 muertos y 44.113 casos confirmados del nuevo coronavirus, según los más recientes datos del Ministerio de Salud.
Fuente: EFE