Los mayores de 14 años residentes en Austria estarán obligados a partir de febrero próximo a vacunarse contra el COVID-19, con multas de hasta 3.600 euros (unos 4.070 dólares) para quienes no lo hagan, informó hoy el gobierno austríaco en Viena.
El ejecutivo conservador-ecologista justificó esta medida como la única opción para proteger a la sociedad y evitar continuos confinamientos contra la pandemia.
El ministro de Sanidad, el ecologista Wolfgang Mückstein, explicó que una vez pasado el periodo de revisión legal de cuatro semanas, el plan es debatir y aprobar la ley en el Parlamento para que entre en vigor a principios de febrero.
Cada tres meses se establecerán citas de vacunación a las que estarán convocados todos los ciudadanos no vacunados.
Aquellos que no lo hagan tendrán que pagar una multa de 600 euros (unos 680 dólares).
De negarse, se iniciaría un proceso que puede terminar con una sanción de hasta 3.600 euros, aunque el importe se ajustará al nivel de ingresos de la persona afectada.
El ministro reconoció que cuando asumió el cargo el pasado abril no pensó que sería necesario imponer la vacunación obligatoria porque habría suficiente gente que decidiría inmunizarse.
Sin embargo, la actual tasa de vacunación completa -inferior al 68% de la población- “no es suficiente” para proteger a la sociedad contra el COVID-19, agregó el ministro.
De la obligación quedarán exentas las embarazadas, aunque el ministro recomendó que se vacunen, y quienes no puedan hacerlo por motivos de salud, previa certificación por un médico.
Al respecto, el ministro advirtió que los facultativos que emitan certificados falsos también podrán ser sancionados con hasta 3.600 euros.
En principio, la ley estará en vigor hasta enero del 2024.
“No se puede ir de confinamiento en confinamiento. Necesitamos la solidaridad de todo el mundo para poder enfrentar este enorme desafío”, declaró la ministra para la Constitución, la conservadora Karoline Edtstadler.
Aseguró que esta medida es “el último recurso” y algo que nadie quería tener que aplicar, pero también “el único camino” para asegurar la libertad que reclaman, justamente, quienes se oponen a la vacuna.
“Pido también a los vacunados que hablen con los que no han dado ese paso, hablen con los que piensan diferente”, solicitó Edtstadler.
La medida cuenta también con el apoyo de la oposición socialdemócrata y liberal, y con la oposición de los ultranacionalistas del FPÖ.
Los cuatro partidos que apoyan esta ley tienen 151 de los 183 escaños en el Parlamento.
El FPÖ, por su parte, denuncia la medida como dictatorial. Esta formación ha llegado a recomendar el uso de productos para desparasitar caballos o el ibuprofeno como remedios efectivos contra el COVID-19.
Los detalles de la ley de vacunación obligatoria contra el COVID-19 se anuncian en la recta final del actual confinamiento que terminará el próximo sábado a la medianoche.
Austria fue en noviembre uno de los países europeos más afectados por la pandemia, con una incidencia en siete días superior a los 1.000 casos por cada 100.00 habitantes.
Ahora, a pocos días de reabrir las actividades no esenciales, incluyendo en algunas regiones hoteles y restaurantes, la incidencia se encuentra en 482 casos.
Fuente: EFE