Entre febrero de 2020 y la quincena de marzo de 2021, al menos 852 niños —incluidos 518 bebés— murieron de COVID-19 en Brasil, según cifras del Ministerio de Salud. Se trata de números altos, sobre todo porque el total de menores fallecidos es más de tres veces superior al de Estados Unidos, el país más golpeado por la pandemia en el mundo. De acuerdo con datos de la Academia Americana de Pediatría, el número de decesos de niños en suelo estadounidense, a causa del coronavirus, es de alrededor de 250.
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Lo peor para Brasil es que expertos aseguran que existe un enorme subregistro, el cual elevaría el número de menores de hasta nueve años de edad, que perecieron a causa de la pandemia, a 2060, incluidos 1302 bebés. ¿Cómo explicar esta situación?
Evidentemente, hay varios factores. Uno de ellos es la gran cantidad de casos de coronavirus en Brasil, actualmente el tercer país con más contagios en el mundo. Ello eleva la probabilidad de que bebés y niños se infecten.
“Por supuesto, cuantos más casos tengamos y, por ende, más hospitalizaciones, mayor será el número de muertes en todos los grupos de edad, incluidos los niños. Pero si se controlara la pandemia, este escenario evidentemente podría minimizarse”, explicó Renato Kfouri, presidente del Departamento Científico de Inmunizaciones de la Sociedad Brasileña de Pediatría, a la cadena británica BBC.
Más razones
Otro elemento en la ecuación es que existe la idea generalizada de que los niños no se contagian o los casos en que lo hacen son muy raros. Ello ha llevado a que casi no se les realicen pruebas de descarte. En consecuencia, cuando llega el diagnóstico puede ser demasiado tarde, cuando ya están gravemente enfermos.
Además, la reconocida epidemióloga de la Universidad de Sao Paulo Fatima Marinho dijo a la BBC que, durante la pandemia, está viendo más casos de síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico (PIMS, por su sigla en inglés) que nunca antes.
El PIMS, normalmente considerado raro, afecta a los niños hasta seis semanas después de que se infectan con el coronavirus. De acuerdo con el medio británico, se trata de una respuesta inmune extrema al virus que puede causar inflamación severa de órganos vitales y llegar hasta la muerte.
Un último factor, pero no menos importante, es la pobreza, que normalmente obliga a vivir en condiciones de hacinamiento y sin servicios básicos como agua. “Los más vulnerables son los niños afrodescendientes y los menores de familias muy pobres, ya que tienen más dificultades para acceder al auxilio. Estos son los niños con mayor riesgo de muerte”, indicó Marinho.
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