En el corazón de Bogotá, la capital de Colombia, un grupo de investigadores que vela por los derechos de los niños y niñas se infiltró en medio de una banda de proxenetas que obliga a menores de 16 años a prostituirse y vender drogas.
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La terrible investigación, narrada por Noticias Caracol, asegura que las menores son usadas como ‘mulas’ para vender cocaína y otras sustancias. Esto con el fin de evitar sospechas de la policía.
Por si fuera poco, las obligan a ofrecer servicios sexuales por menos de 300 mil pesos colombianos (US$ 50).
Un investigador que se infiltro como cliente asegura que los proxenetas tienen grupos de entre 15 y 20 menores trabajando durante toda la noche.
Solo basta con llegar al barrio de Santa Fe y preguntar por las niñas para que alguien brinde información del servicio sin ningún problema.
Haciéndose pasar por cliente, el investigador reveló al diario cómo funciona el negocio. “Tenemos una fiesta con unos amigos (...) entonces quería averiguarte de unas, ‘peladas pequeñas’”, le pregunta el supuesto cliente a la proxeneta.
Ella, sin el menor de los reparos, le consulta qué tipo de servicio desea. “¿Por qué?, ¿qué quieres tú?, ¿un trío?”, consulta negociante.
En el video publicado por el medio, el investigador señala que necesita cuatro o cinco niñas y consulta el precio de cada una. Según respondió la mujer, los precios varían dependiendo del tiempo que estén con las menores.
Si el cliente necesita alguna droga, no hay ningún problema, las niñas se encargan de conseguirlas. Solo basta con buscar a los micro comercializadores de la zona que trabajan en conjunto con las proxenetas.