Tres personas murieron quemadas el domingo en Chile. El país sudamericano tiene a seis de sus grandes ciudades bajo estado de emergencia -lo que restringe las libertades de reunión y movilización- tras protestas estudiantiles masivas que estallaron por el alza de tarifas en el metro y derivaron en turbación social.
El caos en la capital chilena se extendió al aeropuerto internacional, donde un par de aerolíneas chilenas suspendieron o reprogramaron sus vuelos, afectando a más de 1.400 personas.
El presidente Sebastián Piñera se reunió el domingo con los presidentes del Poder Legislativo y Judicial para facilitar soluciones a la actual crisis “y apuntar a reducir las desigualdades excesivas, las inequidades, los abusos, que persisten en nuestra sociedad”, dijo en un discurso desde el palacio de gobierno.
Agregó que además envió al Congreso un proyecto de ley para anular el alza tarifaria del subterráneo de Santiago (de 1,12 a 1,16 dólares), vigente hace dos semanas y que desató el lunes pasado manifestaciones estudiantiles que se tradujeron en usar el servicio sin pagar. Asimismo, derivaron en protestas masivas que concluyeron con un vandalismo generalizado en la capital chilena y ciudades del interior.
Jaime Quintana, presidente opositor del Senado de Chile, señaló que “el mundo político debe asumir la responsabilidad de cómo hemos llegado a esta situación”. Su colega de la Cámara de Diputados, el también disidente Iván Flores, dijo que los desórdenes generalizados en Chile responden “la rabia acumulada desde bastante tiempo”.
Chile importa todo su petróleo y gas natural, por lo que las alzas internacionales de los combustibles -sumadas al incremento en el valor del dólar-se traducen en aumentos de precios en un país que a pesar de tener un ingreso per cápita en torno a los 20 mil dólares, tiene a la mayoría de los trabajadores con ingresos mensuales entre los 400.000 y 500.000 pesos mensuales (562 y 703 dólares).
Aunque el presidente Piñera anunció el sábado la anulación del alza en el pasaje del subterráneo de Santiago (de 1,12 a 1,16 dólares), la decisión no sirvió paras calmar los ánimos y ni siquiera la implantación del estado de emergencia en cinco grandes ciudades y en la capital chilena frenaron desórdenes, saqueos, cacerolazos y actos vandálicos que concluyeron el domingo con la muerte de tres personas calcinadas -entre ellas un ciudadano peruano no identificado- en dos saqueos a supermercados Walmart.
La noche pasada también fueron dañadas ocho estaciones del subterráneo, que se sumaron a otras 77 vandalizadas en las últimas 48 horas. Los daños impiden el funcionamiento del servicio que diariamente moviliza a más de 2,4 millones de personas.
El domingo hubo largas filas en gasolineras en previsión de lo que podría ocurrir el lunes, pues sería imposible que los autobuses del transporte público reemplacen al subterráneo.
El presidente de la empresa del subterráneo, Luois De Grange, dijo que tratarán de hacer funcionar tramos de una línea el lunes, que otras cuatro tardarán semanas en recuperarse y que la última es probable que esté meses paralizada.
Los santiaguinos, que tuvieron problemas para abastecerse de alimentos porque los supermercados permanecieron cerrados el domingo, afrontarán por segunda noche consecutiva un toque de queda a partir de las 19.00 horas y hasta las 06.00 del lunes.
La presencia de militares y de un fuerte contingentes policial en las calles no impidieron el domingo saqueos a supermercados, farmacias, y a otros comercios, además de protestas en el centro de Santiago y en ciudades del interior.
Entre la noche del sábado y la madrugada del domingo hubo 103 “eventos graves” en Chile, según precisó el ministro del Interior, Andrés Chadwick, quien agregó que durante un control de una patrulla militar “se produjo un incidente donde resultaron heridas a bala dos personas, con heridas graves”.
Chadwick justificó el estado de emergencia “frente a las acciones vandálicas de los delincuentes que hemos visto operar durante la noche”. Agregó que se analiza declarar en emergencia otras ciudades.
La Fiscalía Nacional informó que en las últimas horas fueron detenidas “por desmanes” 1.462 personas.
La Confederación Sudamericana de Fútbol, Conmebol, informó el domingo que se mantiene la realización del partido por la final de la Copa Libertadores, previsto para la segunda quincena de noviembre.
Esta es la peor crisis del segundo periodo de gobierno de Piñera.
INFORMACIÓN PREVIA
Este sábado comenzó el toque de queda en Santiago de Chile y algunas comunas periféricas de la capital, decretado por el Ejército por los reclamos en los que derivó la protesta ciudadana por la subida del precio del metro.
El toque de queda regirá hasta las 7 de la mañana y se establecerá en la provincias de Santiago -que alberga la mayor parte de las comunas de la Región Metropolitana (RM)-, la provincia Chacabuco y las comunas de Puente Alto y San Bernardo, sectores todos pertenecientes a la RM.
Esta medida implica que las personas deben mantenerse en sus hogares y aquellas que requieran, por razones de salud o emergencia, moverse por la calle deben solicitar el salvoconducto correspondiente en la comisaría más cercana.
Las personas que vayan a salir o entrar al país por el Aeropuerto Internacional de Santiago necesitarán presentar la tarjeta de embarque de llegada o de salida al país, o un resguardo de su viaje, como salvoconducto.
Si se trata de un vehículo de transporte que va al aeropuerto, debe dirigirse a la comisaría de la comuna de Pudahuel para solicitar su salvoconducto.
El alza del precio del metro fue el detonante de una protesta ciudadana para expresar el descontento ante lo caro que es la vida en Chile y las desigualdades del país, que estalló este sábado en una batalla campal en varios puntos de la capital y en otras zonas del país, con barricadas, incendios y saqueos.
La última vez que que se registró esta medida -motivada por protestas sociales- fue en enero de 1987, casi al final de la dictadura cívico-militar (1973-1990) y meses después del fallido atentado contra Augusto Pinochet del 7 de septiembre de 1986.