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La justicia de condenó este jueves por “homicidio simple” a un policía y a otros seis efectivos por obstrucción a la investigación y disparo injustificado tras el asesinato hace dos años del mapuche Camilo Catrillanca, en un caso que puso en el ojo de la tormenta a los agentes chilenos.

El expolicía Carlos Alarcón fue condenado por el homicidio de Camilo Catrillanca, que murió el 14 de noviembre de 2018 tras recibir un disparo en la nuca cuando un comando policial irrumpió en la comunidad indígena en la que vivía en la región de La Araucanía, en el sur del país.

Alarcón fue condenado, además, por el homicidio frustrado del adolescente que acompañaba ese día a Catrillanca, que se movilizaba en un tractor cuando recibió el disparo en su cabeza.

Otro seis policías fueron condenados por “disparos injustificados” y “obstrucción a la justicia” luego de organizarse para esconder las pruebas del delito.

En su primera versión, la policía aseguró que la muerte de Catrillanca, de 24 años, se produjo durante un enfrentamiento a raíz de la persecución de los presuntos sospechosos de un robo de tres vehículos particulares, y que no habían registros gráficos del operativo, pese a que era de carácter obligatorio.

Pero tras las declaraciones del joven de 15 años que acompañaba a la víctima, y después de varias versiones contradictorias, la institución reconoció que se destruyeron las imágenes grabadas.

La condena, cuya sentencia en años se conocerá el próximo 28 de enero, no dejó satisfecha sin embargo a la familia de Catrillanca.

El padre de la víctima, Marcelo Catrillanca, anunció que recurrirán a instancias internacionales para lograr hacer justicia. Pedían cadena perpetua para el principal acusado y el homicidio simple no estipula este tipo de condena.

Nosotros como familia no nos quedaremos tranquilos con esto, para que alguna vez se pueda hacer justicia”, dijo Catrillanca a medio locales después de conocida la condena por parte de un tribunal de la ciudad de Temuco.

La muerte de Catrillanca generó una ola de indignación en Chile, y varios días de protestas en Santiago y en el sur del país.

En la mira quedaron también las fuerza de élite de la policía chilena, desplegadas en esa región para combatir a grupos radicales mapuches que reivindican tierras que consideran suyas por derechos ancestrales y que hoy están en manos privadas.

Fuente: AFP

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