Brasil, actualmente el país más castigado por la pandemia del coronavirus en el mundo, registró 3.251 muertes por COVID-19 en las últimas 24 horas, otro récord con el que superó por primera vez los 3.000 fallecimientos en un día, informaron este martes las secretarías regionales de Salud.
Según el boletín divulgado por la Conass, el foro que reúne a las secretarías de Salud de los 27 estados del país, con 3.251 decesos y 82.493 contagios registrados este martes, el gigante latinoamericano acumula 298.676 víctimas y 12′130.019 casos de la enfermedad desde que registró el primer caso, el 26 de febrero de 2020.
Estas cifras convierten a Brasil en el país con más fallecidos y contagios del coronavirus SARS-CoV-2 en la última semana y en el segundo con más muertos y casos de la enfermedad en el mundo desde el comienzo de la pandemia, superado tan solo por Estados Unidos.
El número de defunciones este martes es un nuevo récord, muy por encima de los 2.841 registrados el martes de la semana pasada, que era hasta ahora el mayor desde el inicio de la pandemia, y acercan a Brasil a las 300.000 víctimas por la COVID-19, límite que, al actual ritmo, se puede superar el miércoles.
El fuerte aumento tanto de las muertes como de los casos este martes fue atribuido a la actualización de las cifras, ya que por lo general Brasil registra una reducción de los números los domingos y los lunes por el menor número de funcionarios procesando los datos los fines de semana y un salto los martes, cuando las estadísticas son actualizadas.
Los promedios tanto de fallecimientos como de contagios en la última semana alcanzaron un nuevo récord este martes, algo que viene ocurriendo cada día desde hace más de tres semanas.
De acuerdo con la Conass, el promedio de muertes por la COVID-19 en Brasil en la última semana subió hasta las 2.436 diarias este martes y el de casos llegó hasta 76.545 por día.
El agravamiento de la situación confirmó que Brasil enfrenta una segunda ola de la COVID-19 mucho más letal que la primera, en parte causada por la circulación en el país de nuevas cepas del virus, entre las cuales la llamada variante brasileña.
El aumento de los contagios y las muertes tiene a gran parte de Brasil al borde de un colapso hospitalario, ya que en 25 de los 27 estados del país la tasa de ocupación de las unidades de cuidados intensivos (UCI) supera el 80%, y provocó una preocupante escasez de las medicinas necesarias para intubar a los pacientes y del oxígeno para los mismos.
La crítica situación de los hospitales ha obligado a las autoridades de diferentes regiones del país a adoptar medidas de restricción de la movilidad para intentar contener el avance del virus y reducir la presión del sistema sanitario.
Algunos de los estados más poblados de Brasil, como Sao Paulo y Río de Janeiro, adoptaron severas medidas para frenar los contagios y decretaron un festivo que se extenderá por toda la próxima semana, en la que estará prohibido el funcionamiento de todas las actividades, con excepción de las esenciales.
Fuente: EFE