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El embajador de ante la Organización de los Estados Americanos (), Arturo McFields, arremetió el miércoles contra el gobierno de su país encabezado por Daniel Ortega, calificándolo de “dictadura”.

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En un sorpresivo discurso ante la OEA, con sede en Washington, el embajador Arturo McFields destacó la falta de libertades en Nicaragua, donde Ortega ganó en noviembre un cuarto mandato consecutivo con todos sus rivales presos y la disidencia acallada o exiliada.

“Denunciar la dictadura de mi país no es fácil, pero seguir guardando silencio y defender lo indefendible es imposible”, afirmó McFields durante una sesión del Consejo Permanente de la OEA en la que la situación de Nicaragua no estaba en la agenda.

“Tengo que hablar, aunque tenga miedo. Tengo que hablar aunque mi futuro y el de mi familia sean inciertos”, añadió por videoconferencia.

McFields dijo que desde 2018, cuando estallaron masivas protestas contra el gobierno de Ortega, en Nicaragua “no hay libertad de publicar un simple tuit”.

“No hay partidos políticos independientes, ni elecciones creíbles, no existe separación de poderes sino poderes fácticos”, aseguró.

“No nos representa”

Desde Managua, la cancillería dijo que McFields “no nos representa”, subrayando que quien está “debidamente acreditado” ante la OEA es Francisco Campbell.

Sin embargo, en el sitio oficial de la OEA, McFields figura como representante permanente de Nicaragua, en tanto Iván Lara está como representante alterno. Campbell, actualmente embajador de Nicaragua en Estados Unidos, no aparece.

Según informó la OEA, McFields presentó sus cartas credenciales al secretario general, Luis Almagro, el 5 de noviembre, dos días antes de las presidenciales en Nicaragua.

El miércoles, McFields dijo que hablaba por los 177 “presos políticos” y los más de 350 muertos en la represión de las protestas, así como por “los miles de servidores públicos”, civiles y militares, “obligados por el régimen” a “fingir”.

Contó que trató “varias veces” de que se liberaran “al menos a unos 20 presos políticos de la tercera edad”, pero “en el gobierno nadie escucha”.

También denunció la prohibición de universidades privadas y la cancelación de 137 oenegés. Y dijo que “170.000 nicaragüenses han huido del país y otros más siguen huyendo”.

“Quiero decirles que la gente de adentro y la de afuera está cansada de la dictadura y de sus acciones, y cada vez van a ser más los que digan basta”, enfatizó.

“Coraje”

Almagro saludó las palabras de McFields y ofreció “lo que sea necesario” para garantizar su “protección”.

“Ha tomado la posición éticamente correcta y la que responde a los principios y valores de esta organización”, indicó, y en un tuit posterior celebró el “coraje” del diplomático.

Nicaragua solicitó el 19 de noviembre la salida de la OEA, luego que la Asamblea General de la organización desconociera el 12 de noviembre la legitimidad de las elecciones nicaragüenses, con el apoyo de 25 de sus 34 miembros activos. El proceso dura dos años, plazo durante el cual Nicaragua debe cumplir con sus obligaciones.

“Espero que el gobierno de Nicaragua esté escuchando y entienda el mensaje de que si continúa por el mismo camino, no pueden evitar perder el apoyo de su propia gente”, afirmó el representante de Estados Unidos ante la OEA, Bradley Freden, calificando a McFields de “patriota”.

México, que se abstuvo cuando la OEA decidió que las elecciones en Nicaragua carecieron de “legitimidad democrática”, y también cuando resolvió en diciembre que el país centroamericano no respeta sus compromisos bajo la Carta Democrática Interamericana, no opinó.

“Tomamos nota de esta grave situación”, se limitó a decir la embajadora mexicana ante el organismo, Luz Elena Baños.

“Esperanza”

Más tarde, en declaraciones al canal 100% Noticias en Managua, McFields negó los rumores de que la agencia de inteligencia estadounidense CIA le está pagando por hablar, y llamó a los “miles” de funcionarios nicaragüenses que piensan como él, incluso al más alto nivel, “a que hagan oír su voz”.

“Que la esperanza sea más fuerte que el temor”, urgió.

“Lo único que anhelo es que Nicaragua vuelva a ser una república”, dijo McFields, e insistió en la liberación de los “inocentes” que “se están pudriendo en una cárcel”.

La escritora nicaragüense Gioconda Belli aplaudió a su compatriota. “Tu papá, el poeta David McFields debe de estar orgulloso de vos!”, tuiteó.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), un órgano de la OEA, señaló en Twitter que las palabras de McFields “confirman las graves violaciones de derechos humanos” en Nicaragua, “ampliamente denunciadas y documentadas” por el organismo.

Y llamó a la comunidad internacional a “buscar fórmulas para restablecer los derechos y garantías de un Estado democrático”.

Ortega gobernó por primera vez Nicaragua de 1979 a 1990, tras liderar una guerrilla que derrocó al dictador Anastasio Somoza. Desde que retornó en 2007 al poder, se le acusa de “nepotismo” y de instaurar una “dictadura”.

Estados Unidos y la Unión Europea han impuesto sanciones contra miembros y aliados de la familia Ortega, entre ellos su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.

Fuente: AFP

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