El gobernador de Corrientes (noreste), Gustavo Valdés, declaró a la provincia argentina como “zona de catástrofe ecológica y ambiental” a causa de los incendios que afectaron a más de 785 mil hectáreas, casi un 9% de su territorio, y estimó este sábado que las pérdidas van a superar los 40 mil millones de pesos (374 millones de dólares).
“La situación es desesperante”, dijo Valdés este sábado a Radio Mitre, quien pese a los recursos desplegados indicó que espera que la lluvia ayude a frenar el avance del fuego: “Lo único que puede llegar a equilibrar esto es un cambio climático. Tiene que ser la misma naturaleza, nosotros no lo podemos contener”.
Pero el ministro de Ambiente nacional, Juan Cabandié, dijo en un comunicado que las lluvias que se esperan para el lunes próximo “es un frente de tormentas que se prolongará por unos días y no se puede asegurar que estas condiciones extingan el fuego por completo”.
Corrientes sufre desde mediados de enero pasado un progresivo aumento de las áreas quemadas que ha arrasado con bosques nativos, bosques cultivados y esteros y enclaves productivos, matando animales -en una provincia que estaba incorporando especies extintas- y generando la desesperación e impotencia a los productores y el miedo en la población.
De acuerdo al último informe de evolución de los incendios elaborado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la superficie quemada en Corrientes -provincia que limita con Paraguay, Brasil y Uruguay- alcanzó 785.238 hectáreas al 16 de febrero último, lo que representa un 8.8% de la provincia.
El ritmo de incremento de la superficie afectada por quemada pasó en nueve días de una tendencia de 20 mil hectáreas diarias a cerca de 30 mil, según el informe del INTA al 16 de febrero.
“Lo más golpeado son los Esteros del Iberá. Es gigantesco lo que está pasando”, dijo Valdés.
En valores absolutos las coberturas vegetales más afectadas fueron las de ambientes de humedales con más de 460 mil hectáreas acumuladas, según el INTA, entre los que se encuentran los esteros y otros bañados donde se duplicó el área afectada, a más de 245.110 hectáreas.
En los bosques cultivados, el área quemada aumentó casi 2 veces y media, a 31.265 hectáreas, y en los bosques nativos pasó a 28.733 hectáreas, según el INTA.
Activos y despliegue
Según el reporte diario del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, este sábado permanecían activos diez incendios y uno contenido en Corrientes, donde trabajan 114 brigadistas, con el despliegue de cinco aviones hidrantes, un avión observador, tres helicópteros y tres autobombas.
Al norte de Corrientes, en la provincia de Misiones, se reportan seis incendios activos y dos contenidos -donde trabajan 34 brigadistas con el despliegue de dos aviones hidrantes y un helicóptero- y más al norte, en la provincia de Formosa, se registra otro incendio activo.
Intencionales
Los incendios se enmarcan en el cambio climático y la sequía intensa que aqueja al país, pero tanto las autoridades -por la práctica agropecuaria de quemar pastizales- como los privados -por razones políticas- sospechan que han sido intencionales.
El INTA indicó que al 16 de febrero en Corrientes continuaron “las escasas precipitaciones y las elevadas temperaturas que propiciaron las condiciones para la proliferación de focos de calor, e incendios, espontáneos o intencionales”.
Corrientes recibió la colaboración de otras diez provincias y del Gobierno nacional -con un aporte de 200 millones de pesos procedentes del Tesoro (unos 1,8 millones de dólares), 200 millones del Ministerio de Agricultura y 100 millones del Ministerio de Desarrollo Social (alrededor de 900.000 dólares)-, en tanto Valdés trata ahora de aplacar la disputa por la demora en la asistencia del Ministerio de Ambiente.
Fuente: EFE