Los canales que dan vida a Países Bajos se convirtieron en pistas de hielo para los vecinos quienes, a pesar de las advertencias del Ayuntamiento por las delgadas capas de hielo formadas, hicieron caso omiso a la autoridad y salieron a patinar. La consecuencia fue preocupante y cientos de personas con fracturas de tobillo, muñecas y caderas rotas se convirtieron en pacientes de los hospitales de la capital.
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Según la agencia Efe, el fin de semana pasado fueron días ideales para los aficionados del patinaje sobre hielo, quienes bajo los cielos azules, sin viento y con temperaturas bajo cero decidieron ponerse sus patines afilados y demostrar su destreza, después de implorar por más de una década las heladas de un invierno. Asimismo, cientos de adultos y niños participaron de las actividades al aire libre tras un año de pandemia y confinamientos.
Los neerlandeses acudieron a estanques, lagos y canales congelados tras la tormenta de nieve que se registró la semana anterior. La primera que cae sobre la tierra de los tulipanes desde hace más de una década, dejando temperaturas de hasta 10 grados bajo cero en algunos puntos del país y permitiendo la formación de pistas de hielo.
Bajo las circunstancias anteriores, los servicios de emergencias recibieron el doble de pacientes de lo habitual. Estos fueron patinadores que necesitaban tratarse por una fractura de tobillo o muñeca, en muchos casos lesiones en la cadera u algunas otras causadas por la ruptura del hielo formada en las aguas.
Sin embargo, los hospitales se encontraban preparados para recibir un mayor número de personas, teniendo personal médico adicional y yeso extra para tratar fracturas, así lo confirmó la Asociación Holandesa de Servicios de Urgencias le confirmó a la agencia ANP.
Asimismo, las ambulancias de Frisia, Groninga y Drenthe, en el norte del país, anunciaron haber recibido 150 llamadas de diferentes patinadores con fracturas, el sábado pasado.
Algunos de los llamados más preocupantes se registraron en cinco centros médicos de Frisia, en el norte de Países Bajos, donde las líneas telefónicas de urgencias acabaron saturadas por pacientes que querían ser atendidos o derivados al hospital. Mientras tanto, en la ciudad de Sneek, unas 50 personas fueron tratadas por fracturas, según medios locales.
Algunas redes sociales muestran las caídas y resbalones de los más impacientes, que decidieron salir muy temprano al canal Prinsengracht de Ámsterdam, uno de los cuatro canales principales del cinturón que define la postal de la capital neerlandesa. El ayuntamiento había pedido a los vecinos abstenerse de patinar porque la capa de hielo no era lo suficientemente fuerte, pero muchos hicieron oídos sordos a las recomendaciones y disfrutaron de la oportunidad.
El bosque Haagse Bos en la Haya, también ha sido paisaje de varias pistas de patinaje con capas resistentes de hielo, mientras que el estanque de Hofvijver, en el centro de la ciudad marcó varias caídas y fracturas, a pesar de que el municipio trató de disuadir a los patinadores colocando vallas alrededor del sitio.
Las autoridades piden a los ciudadanos no exponer su integridad física, más aún en lugares donde el hielo empieza a derretirse. “Esto es irresponsable. Se acabó el patinaje”, advirtió Len Veerman, del club de esquiadores De Loosdrechtse Plassen, que ha declarado la alerta roja y ha pedido a las personas regresar a sus hogares.
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