Si eres de las personas que tiene rechazo a la sangre o el sólo hecho de ver aunque sea una gota de ella te genera sensaciones que te incapacitan desarrollar tu día de forma normal, provocando un intenso malestar, angustia y ansiedad, e incluso desmayos, posiblemente tengas hematofobia.

Este problema, al igual que otras , nos aleja de situaciones que estén relacionadas con algo que nos causa un temor irracional.

¿QUÉ ES LA HEMATOFOBIA?

También conocida como hemofobia. Es el miedo irracional y persistente que se tiene hacia la sangre o aquellos estímulos relacionados con ella como inyecciones o heridas.

Además de estar relacionada al miedo a la sangre propia o ajena, la hematofobia se fundamenta en el pánico; es decir, el temor a los propios síntomas que le genera. Por lo tanto, esta fobia no tiene que ver con el dolor físico en sí, sino con la idea de la sangre fluyendo.

¿QUÉ EXPERIMENTAN LAS PERSONAS QUE SUFREN HEMATOFOBIA?

Quienes padecen de ella experimentan una respuesta bifásica, en dos fases, cuando ven o piensan en sangre.

Primera fase. Como consecuencia de ver sangre se genera una situación de ansiedad, haciendo que el , la presión arterial y la respiración se eleven a un ritmo acelerado.

Segunda fase. Tras la elevación de varios síntomas en la primera fase, ahora estos descienden de forma abrupta, provocando que la sangre no circule y se tiene una sensación de pérdida de fuerza en las manos; además, de náuseas, mareos, sudores y palidez. Al final, se sufre un desmayo.

CAUSAS DE LA HEMATOFOBIA

Genético. Descender de una familia en la que alguien sufre hematofobia, aumenta las posibilidades de experimentar esta fobia.

Aprendizaje. Tiene un componente familiar muy fuerte, debido a que la convivencia con personas con esta fobia influye en la percepción de otra.

Experiencia traumática. Puede surgir cuando alguien vivió un hecho traumático relacionado con esta sustancia. Un accidente por ejemplo.

Condiciones mentales. Tener miedo a los médicos, dentistas y otros profesionales de la salud porque sus campos están ligados a la sangre, crea juicios en una persona con esta fobia.

Historial de intervenciones quirúrgicas. Tanto de ella como un allegado, le puede generar a una persona padecer hematofobia.

CONSECUENCIAS DE LA HEMATOFOBIA

Dependerá del grado de afectación. Mientras que para algunas personas la repercusión puede ser menor y presentarse en situaciones concretas como ir al dentista o vacunarse; en otros la afectación es más profunda y evita a como dé lugar tener contacto con ella, evitando cocinar, hacer deportes, ver películas con escenas sangrientas, entre otros.

TRATAMIENTO DE LA HEMATOFOBIA

Debido a que esta fobia puede tener repercusiones graves en la vida de la persona que la padece, lo primero que debe realizarse es un estudio para conocer las razones por las que se originó. Sólo de esta forma, el especialista encargado de ver el tema tendrá un rango de opciones para saber cuál es el más adecuado.

Terapias cognitivo-conductuales. Tienen su base en el enfoque conductista. Consiste en educar al paciente sobre la fobia que padece y derrumbar los pensamientos negativos en los que basa sus temores.

Exposición gradual a la sangre. La persona que padece esta fobia es expuesta, previo acuerdo, poco a poco a este estímulo que le genera pánico con el fin de que pueda afrontar su miedo y superarlo.

Aprendizaje de instrucciones. Está relacionado con la implementación de técnicas de relajación y rutinas de acercamiento a lo que produce la sangre.

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