¡Gran proeza! Los médicos de EsSalud lograron mejorar la calidad de vida de una joven contadora de 33 años, que venía esperando un trasplante de riñón luego de ser diagnosticada con enfermedad renal crónica.
Debido a su condición, Mónica Tuesta Sánchez tenía que someterse a intensas sesiones de hemodiálisis que deterioraban cada vez más su salud. Desde 2015, se encontraba en lista de espera para un trasplante.
Este año, la joven se sometió a un primer trasplante de un donante cadavérico pero su cuerpo lo rechazó. Después de esta primera intervención, Mónica tuvo que regresar a la máquina de hemodiálisis y su estado se deterioro aún más.
Pero el pasado 23 de octubre una esperanza se abrió para la joven. Y es que su tía Ana Sánchez Flores de 51 años se ofreció para donarle uno de sus riñones. Sin embargo, aún faltaba mucho trabajo de los médicos para hacer que su cuerpo acepte el órgano.
Los doctores del hospital Rebagliati iniciaron un complejo procedimiento para reducir el riesgo de rechazo. Tres semanas antes de la operación, ejecutaron un protocolo de desensibilización con inmunodepresores, sesiones de plasmaféresis, inmunoglobulina y monitoreo de anticuerpos.
“Esta técnica permite ‘dormir’ al sistema inmune y cuando el sistema despierta y comienza a funcionar ya no opone resistencia al nuevo riñón a pesar de la incompatibilidad. Una vez realizado el trasplante y adaptado el órgano, no se produce ningún anticuerpo en el receptor”, explicó el doctor Gustavo Liendo Portocarrero, gerente de la Red Prestacional Rebagliati.
Según el especialista, con este nuevo procedimiento se abren nuevas alternativas para los asegurados ya que se espera aumentar el número de donantes así como garantizar la seguridad de los pacientes.
Cabe indicar que el equipo que trabajó para hacer posible la compatibilidad del riñón con el organismo de Mónica estuvo conformado por profesionales de las ramas de nefrología, urología, anestesiología, banco de órganos, banco de sangre, enfermería, entre otras especialidades.
Al momento, Mónica viene recibiendo todos los cuidados y tratamientos médicos que garanticen su total recuperación. Dentro de pocas horas será dada de alta y podrá volver a su trabajo.
“Mi tía Ana es ahora mi ángel con un corazón muy grande. Ella vive en mí y yo seguiré trasmitiendo lo que intenta trasmitir con este acto generoso: amor y solidaridad”, dijo emocionada.