Rosana Cueva tiene 31 años de actividad periodística. Sus hijos Rodrigo y Francesca tienen 24 y 21 años, respectivamente. A los tres les encanta ir al cine con frecuencia. Una vez se aplicó botox en la frente y terminó en el oculista por sus efectos adversos. Desde entonces, no se hace nada en el rostro. Confesó que está sola y que le cuesta iniciar una relación.
Rosana, fuiste considerada la periodista más influyente del Perú ¿cómo asumiste ese reconocimiento?
No me siento influyente, pero el reconocimiento fue como recibir un diploma o pasar un examen con 20.
¿En qué radica tu credibilidad?
En el estilo de ‘Panorama’: somos un equipo que trata de estar siempre al medio. La gente reconoce que en la noticia pesen los hechos.
¿Te despiertas pensando en noticias?
Sí, ¡y me acuesto igual!
¿Cómo congenias la vida familiar con la agitación periodística?
Afortunadamente, mis hijos ya están grandes y son universitarios. Cuando nos juntamos, salimos y es nuestro espacio, nos encanta ir al cine.
Has puesto sobre el tapete muchos intereses políticos, ¿hasta qué punto te arriesgas?
Hoy estamos en democracia y los riesgos son menores, pero cuando mis hijos eran chiquitos, en el aeropuerto, la mano derecha de Vladimiro Montesinos me dijo: “Ah, te gusta indagar bastante. Está lindo tu hijo Rodriguito. Cuídalo”. Esa época sí fue dura y el apoyo del padre de mis hijos fue importante.
¿Es verdad que tus hijos son tus mayores críticos?
¡Ah, sí! Me dicen si un detalle faltó en un reportaje o no pronuncié bien algún término en inglés. Lo tomo con humor, son críticas constructivas que aprecio.
¿En qué inviertes tu tiempo a solas?
Antes practicaba yoga, ahora busco estar con mis amigas de infancia.
¿Sigues soltera?
Sí (risas).
¿El amor no es compatible con el periodismo?
A estas alturas, me cuesta iniciar una relación. Quizá podría tener un enamorado, pero ya me ocurrió estar con alguien y que debo correr para llegar a una cena. No quiero estresarme de más.
¿Sientes que te acostumbraste a vivir sin pareja?
Sí. Llego a casa y me echo en la cama, veo una película y, si es mala, la apago y me pongo a leer. He aprendido a administrar mis tiempos.
¿Qué cualidades valoras en un hombre?
Su serenidad, madurez e inteligencia.
¿Te volverías a casar?
Esas son ligas mayores. A veces pienso que me gustaría volver a enamorarme porque es una sensación linda, pero después me pongo a pensar en todo lo demás y me asusta un poco (risas).
¿Fue difícil tu divorcio?
No, porque la relación se fue deteriorando y dijimos “no va más”, y nos volvimos buenos amigos.
¿Te preocupa el paso del tiempo?
Las arrugas no me preocupan, solo me gustaría seguir haciendo mis actividades.
¿Tienes problemas en decir tu edad?
¡En absoluto! Tengo 57 años, así que estoy más cerca de la base seis que de la cinco (risas).
LEE LA ENTREVISTA COMPLETA EN TU REVISTA +MUJER DE TROME.