Desde el cultivo, hasta su llegada a los supermercados, el aceite de oliva pasa una serie de etapas que pueden alterar la calidad final y no llegar a ser 100% extra virgen.
Por eso, Gianfranco Vargas, profesor e investigador del Instituto Le Cordon Bleu, y promotor principal del Concurso Olio Nuovo Days Hemisferio Sur en el Perú, te enseña a identificar características de un producto hecho en base a frutos frescos. Toma nota:
1. Oler a fruto fresco: El aroma es uno de los puntos claves a tomar en cuenta. El aceite de oliva de calidad debe oler a la aceituna fresca, es decir, a la oliva recién arrancada del árbol.
De no ser así, puede que el aceite se haya obtenido de aceitunas procesadas o en estado de descomposición.
2. Sabor amargo y picante: El aceite de oliva de calidad extra virgen se caracteriza por tener cierto amargor y un picor agradable en el paladar.
Este sabor es característico de una aceituna sana y fresca, con un alto contenido de antioxidantes o polifenoles, es decir, una grasa altamente saludable y recomendable.
3. Color y tonalidad: No es indicativo de calidad, por eso las copas oficiales de cata son de color azul, para no guiarse si el aceite es de color verde o amarillo pajizo.
4. Calidad: Actualmente, existen cuatro tipos o calidades de aceites de oliva: extra virgen, virgen, virgen corriente y lampante.
Este último es el menos saludable e incluso se recomienda evitar su consumo. De hecho, el nombre “Lampante” es debido a que antiguamente se utilizaba como combustible para lámparas.
5. Precio: El proceso de extracción de un aceite de oliva virgen, toma un tiempo prolongado y tiene un costo determinado. Generalmente los aceites de oliva de una calidad superior son mucho más costosos.
Si el producto que tienes frente a ti tiene un precio excesivamente bajo, deberías empezar a desconfiar de su autenticidad.