Los tíos, dependiendo de su personalidad y trato, pueden convertirse en las personas que ayuden a tu hijo (o sea su sobrino) a reafirmar su autoestima, tener una perspectiva diferente de la vida y motivarlo a aprender cosas nuevas.
Según los psicólogos, el tío puede ser el amigo adulto que un niño necesita, ya que puede escucharlo sin juzgarlo o regañarlo. Esto hace que el menor se sienta con la libertad y tranquilidad de contarle sus cosas. Es decir, es una figura de autoridad que también tiene el papel de amigo y confidente.
Por eso, se dice que los tíos pueden abrazar como los propios padres y guardar secretos como un mejor amigo. Si eres el tío o tía reafirma el vínculo afectivo con tu sobrino siguiendo estos consejos:
Habla con él. Cuando lo veas pregúntale cómo está, qué cosas le han pasado en la semana, qué le gustaría hacer en sus días libres, pero sin que parezca un interrogatorio.
Cuéntale la historia de la familia. Dile cómo era su papá o mamá durante la infancia. Los conflictos y también los buenos momentos que pasaban juntos.
Comparte eventos importantes. Visítalo en su cumpleaños o reuniones como su graduación del colegio. Esto hace que ambos sientan la cercanía.
Refuerza las normas de su casa. Se puede ser un buen tío sin necesidad de interferir en las reglas o en la educación que sus padres le están inculcando.
SABÍAS QUE...
Los tíos chismosos, altaneros y malhumorados no se ganan para nada el aprecio ni la confianza de sus sobrinos