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Al natural.
El sabor especial de los panteones artesanales se debe precisamente a la leña utilizada para su cocción. Se utilizan ingredientes y se prescinde de aditivos o preservantes. Foto / Jesús Saucedo / @photo.gec
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Capacitación.
Las mujeres de la olla común reciben el apoyo voluntario de uno de sus vecinos, un maestro panadero. Foto / Jesús Saucedo / @photo.gec
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Madres emprendedoras.
Un grupo de madres miembros de la olla común Nueva Esperanza, ubicado en el Rímac, inició un emprendimiento para salir adelante, aprovechando este mes navideño, y empezar a elaborar panetones a la leña. Foto / Jesús Saucedo / @photo.gec
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Gran demanda.
A pocos días de la Navidad, son muchos los pedidos de panetones que reciben. Foto / Jesús Saucedo / @photo.gec
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Al maestro con cariño.
Ismael Quiroz, maestro panadero con más de 20 años de experiencia, quien perdió su trabajo durante la pandemia y ahora comparte sus conocimientos y experiencia con estas emprendedoras. Foto / Jesús Saucedo / @photo.gec
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Dedicación.
El panetón artesano se amasa con las manos, se respeta el tiempo de fermentación y reposo y después se hornea. Foto / Jesús Saucedo / @photo.gec
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Deliciosos .
Llegó diciembre y con ello la temporada de panetones, este delicioso pan dulce artesanal es una buena alternativa para celebrar estas fiestas. Foto / Jesús Saucedo / @photo.gec
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Todo por los niños .
“La idea de vender panetones se nos ocurrió porque ya estábamos sacando pancitos. Nos dimos cuenta que ya estamos a puertas de Navidad y no teníamos para comprar regalos a nuestros niños, que son más de 90”, detalló Olivia Huamani. Foto / Jesús Saucedo / @photo.gec
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Panetones artesanales .
Los sabrosos panetones son elaborados en un horno de leña que fue construido gracias a lo recaudado en actividades como polladas y rifas, y otras donaciones. Foto / Jesús Saucedo / @photo.gec
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Arduo trabajo.
Actualmente, todo el proceso de preparación de la masa y empaquetado de los panetones que saldrán a la venta se realiza en un local comunitario que antes de la pandemia era utilizado como centro de recreación de los niños y las niñas. Foto / Jesús Saucedo / @photo.gec
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Calidad ante todo .
Se trata de productos hechos con masa madre y larga fermentación; panetones con perfume sutiles y naturales, y con frutos secos de calidad. Foto / Jesús Saucedo / @photo.gec
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Del error se aprende. .
“Nosotras hemos tenido que hacer varios intentos para que salgan con la presentación que tienen hoy”, dijo una de las madres y añadió que se elaboran 60 panetones al día y se venden a 15 soles la unidad y al por mayor 12 soles. Foto / Jesús Saucedo / @photo.gec
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Ayuda entre vecinos .
Todos los habitantes de este asentamiento humano del Rímac aportaron a la iniciativa. Por ejemplo, un colectivo de muralistas se encargó de pintar el exterior del horno. Foto / Jesús Saucedo / @photo.gec
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Nesecitan espacio.
“Necesitamos apoyo para disponer de máquinas y un espacio más amplio y adecuado para que nuestro emprendimiento siga prosperando” asegura Melva Acosta Aguilar, representante de la olla común Nueva Esperanza. Foto / Jesús Saucedo / @photo.gec
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Apoyo constante .
El traslado y distribución de las cajas de panetones es realizado por los vecinos de la comunidad. Foto / Jesús Saucedo / @photo.gec
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No pierden la esperanza.
Las madres de familia de la olla común Nueva Esperanza, esperan seguir vendiendo los panetones y así poder seguir costeando las 200 raciones diarias de comida que entregan a sus beneficiarios. Las personas que estén interesadas en ayudar, pueden comunicarse al 976 960 318. Las integrantes de la organización se los agradecerán. Foto / Jesús Saucedo / @photo.gec