Se dice que en la actualidad las personas tenemos una vida más agitada y andamos preocupadas por alguna tarea pendiente. ¿Hasta qué punto esta conducta es normal?

Para el psicoterapeuta Hans Gutiérrez, esta sensación de angustia se ha convertido en una costumbre de los jóvenes y adultos, quienes apenas se libran de un problema o pendiente se crean uno nuevo. “Viven en una constante carrera por alcanzar la autorrealización”, dice.

ÉXITO VS. FRACASO

Según el especialista, las personas terminan poniéndose al límite por una sola razón: el estereotipo de éxito. “La sociedad ha trazado la ruta hacia el triunfo, en donde la felicidad depende de quién es el mejor en tal oficio o profesión. Esa misma competitividad también se ve reflejada en el miedo al fracaso.

“Cada detalle de nuestras vidas es motivo de temor. Si uno busca destacar para no ser reemplazado en el trabajo o resaltar en los estudios, también debe estar pendiente de tener los recursos suficientes para poder satisfacer otras necesidades como renovar su ropa o mejorar el lugar en el que vive”, detalla.

Según Gutiérrez, luego de cada objetivo alcanzado lo mejor es evaluar si realmente nos sentimos felices, ya que la satisfacción personal va más allá del éxito profesional o académico.

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