Con la llegada del verano no solo aumenta la temperatura sino que esta ocasiona que los alimentos se malogren fácilmente si se quedan en la intemperie; sin embargo, la aparición de hongos y bacterias también se puede dar dentro de la nevera si es que no se regula la temperatura del electrodoméstico.
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Este no solo debe mantenerse limpio y brindarle una correcta higiene al menos una vez al mes, sino que los especialistas aconsejan cambiar la temperatura considerando qué tan cálido está el ambiente dentro de la cocina, así se reducen los riesgos de una intoxicación alimentaria.
El verano requiere que las cosas se mantengan más frías y frescas y la nevera se abre más veces durante el día. En este sentido hay que mantener la temperatura entre 0 y 7°C para asegurar la conservación de los alimentos. Hay quienes también aconsejan dejar el freezer en -15° y el refrigerador en 7°.
La Dirección General de Salud Ambiental e Inocuidad Alimentaria (Digesa) precisó que se debe controlar “que la temperatura de la refrigeradora no suba a más de 4 grados; para el caso de frutas y verduras, se recomienda no descender de los 0 grados. Refrigere lo más pronto posible los alimentos cocinados y los perecibles (preferiblemente bajo los 5°C (41°F))”.
Si la refrigeradora del hogar no tiene un indicador de temperatura, hay que recurrir al manual de instrucciones para saber cómo se debe regular y a qué corresponde cada nivel de la rueda giratoria o perilla con números.
Tips para mantener la temperatura
No basta con regular manualmente o programarla, sino que hay que mantener esa temperatura ideal adoptando diversas acciones como tener en cuenta lo que se guarda para no hacer trabajar al electrodoméstico más de la cuenta.
1. Organiza la nevera: los alimentos se deben colocar en los lugares más apropiados. Digesa recomienda evitar introducir alimentos calientes a la refrigeradora, se debe esperar a que se enfríen afuera, ya que se podrían dañar los demás alimentos que están dentro y malgastar la energía; los pescados y carnes deberán permanecer en el congelador a temperaturas inferiores a 0 °C; las frutas y verduras ubicarlas en los cajones, en donde la temperatura no baja de los 0 grados; los lácteos en la parte media del refrigerador, la menos fría; los huevos en la parte superior del refrigerador en donde la temperatura no varía; la mantequilla, bebidas y salsas en la puerta del refrigerador, el lugar más expuesto a los cambios de temperatura.
2. No abrir a cada rato: hay que asegurarse que la puerta quede bien cerrada para mantener todo frío durante el día y así evitar que se estropee la comida. Abrir la nevera demasiadas veces también la daña.
3. Identificar malos olores: hay que revisar que los alimentos estén en buenas condiciones y lo que ya se malogró tirarlo a la basura.