A cuatro meses de la partida de su esposo Javier Carmona, la siempre risueña Tula Rodríguez accedió a resolver nuestro cuestionario en el que se muestra tranquila y agradecida a Dios y a la vida por haber tenido a su lado a un gran hombre que le dio una hija maravillosa.
¿Qué lección está dejándote la pandemia?
Que sin salud no podemos hacer nada. Y que debemos valorar lo mucho o poco que tenemos.
De niña, ¿qué planeabas estudiar?
Soñaba con ser obstetriz.
¿Manejas tus redes sociales?
Sí y no. Yo propongo las ideas y el contenido que aparece en mis redes. Pero tengo un equipo de trabajo que se encarga de la producción.
¿Qué red social prefieres?
Soy más de Instagram, me parece que tengo una comunicación más directa.
¿Quién es la persona más importante de tu vida?
Mi hija Valentina.
¿Qué tipo de películas o series te gustan?
Adoro las que son tipo narcos o suspenso, no me gustan las de terror.
¿Qué no puede faltar en tu cocina?
Los guindones. Recuerda: ‘Sin guindón, no tengo paraíso’.
¿Cuál es tu mayor manía?
Que todo esté organizado.
¿Qué locura de amor has hecho?
Le caí de improviso a Javier (Carmona) cuando estaba trabajando en Bolivia, él se sorprendió al verme y yo le dije: Ajá, ¡te quería sorprender!
¿Extrañas tu etapa de vedette?
Fue una etapa feliz, he tenido mis caídas. Todas las etapas son importantes. Si no me hubiera puesto esas lentejuelas, hoy no sería la persona que soy.
¿Con qué palabra defines el actual momento que vives?
Aceptación. Acepto que Dios decidió llevarse a mi esposo.
¿Planeas enamorarte?
Hoy no tengo la intención de enamorarme. No sé si pasará, no lo busco ahora. No tengo mente ni cabeza para eso, no lo sé; mi hija no quiere.
¿Eres la misma Tula de la TV que aparece en redes sociales?
Lavo, cocino y saco al perro como lo haría cualquier mamá. Más que intentar que se me vea sexy en la cámara, intento que se me vea real.
Hablando de eso, ¿te sientes sexy?
Me acepto como soy. Me amo como soy. Antes tenía las medidas 90-60-90, ahora no las tengo. Amo mi pelo oscuro, mi cara redonda. No existe la perfección.
¿Qué le dirías a la Tula de hace 20 años?
Que no te importe el qué dirán, van a venir cosas difíciles, pero tranquila que Dios va a estar siempre contigo.
¿Tienes algún amuleto?
Ninguno, yo solo creo en Dios. La suerte no existe, nada es casualidad y todo tiene un por qué. Si la hoja del árbol se cae es porque Dios lo permite.