Qué madre no quisiera encontrar la fórmula mágica para que sus hijos dejen de pelear. Esto puede ser una realidad si sigues los consejos que te damos a continuación (nadie dirá que al menos no lo intestaste:
1. Trátalos como un equipo: En vez de tratarlos como rivales, hazlos sentirse parte de un equipo. El ser humano necesita sentirse parte de un grupo y qué mejor que la familia. Diles que son hermanos contra el mundo.
2. Reduce las situaciones que generen competencia: Piensa en cosas de la vida por las que siempre pelean y verás que, en su mayoría, serán situaciones en las que tienen que competir. Una vez que las identifiques, encontrarás la forma para que no rivalicen.
3. No te muestres a favor de ninguno: Ni les establezcas roles como “el más pequeño y débil” o “el más grande que puede solo y tiene que dar el ejemplo”. Solo pídeles que sean gentiles y se cuiden uno al otro.
4. Pasa tiempo a solas con cada uno: Darles tiempo exclusivo les hará ver que cada uno, por separado, son importantes para ti.
5. Enséñales que se necesitan dos para pelear: Explícales que si alguno está enojado y el otro no, no tienen por qué pelearse, si no, esperar a que se le pase al otro.
6. Hazlos actuar y prémialos: Diles que hagan de “mamá” y tú actúa como “hijo”. A ver si adivinan lo que mamá diría y qué es lo que deberían en su papel de hijos.
7. Explícales lo que es importante: Al margen de las peleas y diferencias, diles que lo más importante es el hecho de que son y serán hermanos el resto de sus vidas y que por tanto deben estar listos para quererse y ayudarse siempre.
Fuente: www.imujer.com
Si te interesó lo que acabas de leer, puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter, y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.
Qué madre no quisiera encontrar la fórmula mágica para que sus hijos dejen de pelear. Esto puede ser una realidad si sigues los consejos que te damos a continuación (nadie dirá que al menos no lo intestaste:
1. Trátalos como un equipo: En vez de tratarlos como rivales, hazlos sentirse parte de un equipo. El ser humano necesita sentirse parte de un grupo y qué mejor que la familia. Diles que son hermanos contra el mundo.
2. Reduce las situaciones que generen competencia: Piensa en cosas de la vida por las que siempre pelean y verás que, en su mayoría, serán situaciones en las que tienen que competir. Una vez que las identifiques, encontrarás la forma para que no rivalicen.
3. No te muestres a favor de ninguno: Ni les establezcas roles como “el más pequeño y débil” o “el más grande que puede solo y tiene que dar el ejemplo”. Solo pídeles que sean gentiles y se cuiden uno al otro.
4. Pasa tiempo a solas con cada uno: Darles tiempo exclusivo les hará ver que cada uno, por separado, son importantes para ti.
5. Enséñales que se necesitan dos para pelear: Explícales que si alguno está enojado y el otro no, no tienen por qué pelearse, si no, esperar a que se le pase al otro.
6. Hazlos actuar y prémialos: Diles que hagan de “mamá” y tú actúa como “hijo”. A ver si adivinan lo que mamá diría y qué es lo que deberían en su papel de hijos.
7. Explícales lo que es importante: Al margen de las peleas y diferencias, diles que lo más importante es el hecho de que son y serán hermanos el resto de sus vidas y que por tanto deben estar listos para quererse y ayudarse siempre.
Fuente: www.imujer.com
Si te interesó lo que acabas de leer, puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter, y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.