Trucos caseros para quitar el sarro de tu tetera ¡Anótalos!

No hay nada más desagradable que servirse un vaso de agua y que esta salga con pequeños trozos de sarro (costras blanquecinas que se forman en teteras, ollas, hervidores eléctricos y hasta termos).

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Aunque aparecen muy fácilmente, sacarlos requiere cierta práctica y paciencia. Aquí tres recetas imperdibles si quieres que tu artefacto vuelva a lucir radiante y libre de sarro:

UN POQUITO DE VINAGRE

¿Quién no tiene una botella de vinagre blanco en casa? Echa medio vaso en la tetera o hervidor eléctrico, muévelo para que el líquido llegue a las paredes del recipiente. Déjalo reposar una noche entera y al día siguiente lava tu tetera como de costumbre. Repite esto una vez al mes.

EL LIMÓN NUNCA FALLA

Todos sabemos que el limón tiene un poder de limpieza absoluto. Corta un limón en mitades. Frota cada mitad en el recipiente, por dentro y por fuera. Asegúrate de que no quede ni un rastro blanquecino. Echa un poco de agua caliente, que llegue a la mitad de la tetera, termo o hervidor, y déjala hasta el día siguiente. No solo lograrás eliminar el sarro, sino también tu recipiente quedará más brilloso.

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EL INFALTABLE BICARBONATO

Solo tienes que mezclar 1/2 taza de vinagre blanco, 2 cucharadas de bicarbonato y dos taza de agua. Dejar reposar en el artefacto una hora y verás los estupendos resultados.

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Si bien podemos programar la temperatura de la refrigeradora, hay que tener en cuenta que esta puede variar cada vez que abrimos la puerta. Es por eso que la adecuada distribución de los alimentos es clave para su conservación.

Según el estudio “Cuantificación de las pérdidas y el desperdicio de alimentos en el Perú: un análisis de flujo másico a lo largo de la cadena de suministro de alimentos”, cada consumidor peruano desecha 67.34 kilogramos de comida en un periodo no mayor a doce meses. Además, de acuerdo con la FAO, Perú pierde el 33 % de los alimentos que produce.

Una de las claves para evitar su desperdicio es aprender a organizarlos en la refrigeradora ya que, de esta manera, pueden conservarse por más tiempo y de paso, ahorrar dinero. A continuación, LG Perú te deja cinco recomendaciones para su correcto almacenamiento.

1. Mantén controlada la temperatura de la refrigeradora

En la cadena de conservación de los alimentos, la temperatura de la refrigeradora es un elemento fundamental. Esta debe mantenerse en 4º centígrados. Y es que cuando se rompe o se cambia la cadena de frío, es posible que algunos microorganismos se desarrollen y favorezcan la descomposición de los alimentos.

Por otro lado, nunca se debe colocar alimentos calientes dentro del refrigerador, ya que aumenta el consumo de energía y, por ende, estropea los artículos y productos que se encuentran a su alrededor.

2. Organiza los estantes de la refrigeradora por tipos de alimentos

Si bien podemos programar la temperatura de la refrigeradora, hay que tener en cuenta que esta puede variar cada vez que abrimos la puerta. Es por eso que la adecuada distribución de los alimentos es clave para su conservación. En los cajones inferiores se recomienda colocar las frutas y verduras. La zona superior es ideal para las carnes, pescados y para la comida para descongelar; y los productos como la leche, yogures o natillas deben ir en el estante medio.

La puerta es el área que más temperatura pierde y por eso es perfecta para las salsas, mermeladas o zumos, y para bebidas como el agua o el vino. Sin embargo, ya existen opciones de refrigeradores en el mercado que reducen la pérdida de aire frío al eliminar la necesidad de abrir la puerta.

3. Separa los alimentos en bolsas o recipientes

Una manera de evitar la contaminación cruzada y mantener los alimentos frescos por más tiempo es ordenarlos y separarlos en recipientes de vidrio o bolsas con cierre. De acuerdo con LG Perú, los alimentos cocidos o con olores muy penetrantes deben ir siempre en recipientes con tapa para evitar que el olor se distribuya a otros productos. Asimismo, las verduras se deben lavar y secar por completo y luego, almacenarlas en bolsas con hoyos para evitar que se deshidraten y entren en estado de putrefacción. También se les puede colocar en un recipiente con papel toalla para que absorba el exceso de agua.

En el caso de las frutas, se recomienda guardarlas por separado, ya que no todas tienen el mismo tiempo de maduración. Por ejemplo, la papaya, la sandía o el melón se pueden cortar en cubos y luego colocarlas en recipientes sellados. Sin embargo, los plátanos, manzanas, peras, mandarinas o naranjas es mejor guardarlos fuera del refrigerador para evitar que pierdan sus antioxidantes.

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