Cuando las personas tienen problemas familiares, laborales o amorosos suelen comprar zapatos, ropa, joyas e incluso artefactos que no necesitan solo para olvidar la situación agobiante que las envuelve. A estas adquisiciones por impulso se le conocen como ‘gastos emocionales’, que pueden llegar a afectar seriamente su bolsillo. Liliana Lescano, especialista en finanzas de Caja Piura, nos da algunas recomendaciones para controlarlos:
Deja las tarjetas en casa. No cargues todo los días tus tarjetas. Lleva dinero en efectivo para el pasaje, almuerzo o algún gastito extra.
Busca otras formas de distracción. Ir de ‘shopping’ no es lo único que puede hacerte sentir bien. Puedes ir al cine, conversar con tus amigos y/o compañeros de trabajo o salir a caminar un rato, pero con el dinero justo para comprar un helado o dulce.
Recuerda tu presupuesto. Tu dinero ya está destinado para los pagos fijos de la casa. Por eso, no puedes usarlo en cosas que no estén en tu plan financiero. Olvídate de la tarjeta de crédito, será una deuda más que pagar el siguiente mes.
Guarda todos tus recibos. Al final del mes revisa las boletas o tickets de las compras que hiciste. Fíjate qué productos pudiste evitar y recuerda por qué los compraste. Te ayudará a entender que ese dinero pudiste ahorrarlo.