Es un auténtico arte, pero no todas tenemos la destreza de un maquillador profesional. El secreto está en resaltar tu belleza, destacando lo mejor de ti y disimulando algún defecto físico. Aquí tienes todos los trucos para sacarte el mejor partido.
1. MAQUILLAJE DE FONDO
Bases humectantes y polvos compactos no están para cambiar el color de tu tez, sino para igualarlo. Por eso, deben ser parecidos al tono de tu piel.
2. SOMBRAS DE OJOS.
No debe ser del mismo color de la pupila ya que entonces, en lugar de resaltarla, la apaga. Lo ideal es elegir un tono opuesto. Por ejemplo, sin tienes ojos marrones, no te uses sombras del mismo color. Opta por los tonos cálidos.
3. RUBOR.
Su función es dar luz e iluminar, evitando que se note. Para un aspecto natural y saludable, usa tonos rosados y date un brochazo también es la frente, la nariz y el mentón. Recuerda que los tonos iridiscentes con toques dorados hay que guardarlos para la noche.
4. LABIAL. De día usa brillo de labios suave, ligeramente coloreado. Protege y le dará el toque fresco que tu rostro necesita. Si sales de noche y quieres dar una imagen más sofisticada, atrévete con una barra de labios en tonos fuertes.
SI AMANECISTE CON EL ROSTRO CANSADO...
¡A todas nos pasa! No abuses del maquillaje. Cuando más ligero sea, más te favorecerá. Lo que sí hay que aplicar son los productos que contrarrestan los signos del cansancio: base, corrector de ojeras, rubor y labiales.
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