Hay días en que puede quedar graneado, otros se pasa de agua y, en algunas ocasiones, todo parece haberse malogrado cuando queda salado o masacotudo. Preparar arroz no es una tarea sencilla para todos, como muchos piensan; sin embargo, hay trucos caseros que permiten arreglar el exceso de sal y hacer que la preparación sea el mejor acompañamiento de un guiso, fritura o para disfrutarse con cuchara desde la misma olla. ¿Qué debes hacer? Aquí te lo contamos.
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Un arroz salado no tiene por qué echarse a perder y terminar en la basura, todo tiene solución y con estos consejos lo lograrás de manera rápida y eficaz.
Agua
El momento en que uno se da cuenta que el arroz quedó salado es cuando lo va a probar para confirmar que el grano no esté duro; sin embargo, aún se está a tiempo de arreglarlo. Los expertos indican que puedes pasar el arroz por agua limpia y fría para eliminar la sal en exceso, además, esto ayudará a cortar la cocción. Cuando sientas que ya no está tan salado, podrás terminar de hacer la receta y servirlo.
Limón
En el caso del arroz a la jardinera, las paellas o el tradicional arroz blanco cocido, el ácido del limón es una gran ayuda para disimular el sabor salado. El método es sencillo y lo explican desde ‘UnCOMO’: añade un poco de zumo de limón a la preparación y remueve bien. También se podría hacer con vinagre de manzana y el balance de sabores ayudará a disimular el exceso de sal.
Leche
Si estás preparando un arroz meloso o cremoso, se le puede arreglar el exceso de sal echando leche. Este ingrediente disimulará lo salado. Una o dos cucharadas será suficiente.
Papa o patata
El almidón de la papa es un gran aliado para absorber el exceso de sal. Solo deberás añadir un tubérculo crudo y con piel a la olla donde estás haciendo la cocción. Una vez esté cocido y puedas pincharlo con un cuchillo, retíralo de la preparación.
¿Cómo evitar que se nos pase la sal en las comidas?
- Cuando espolvorees la sal, pon tu mano a unos 25 centímetros arriba de la preparación. Así e esparcirá uniformemente en tu comida.
- Echa un poco de sal cada vez que agregues un ingrediente nuevo y que no sea salado. Para que estés seguro del sabor, prueba la preparación constantemente.
- Si vas a preparar sopa o algún tipo de crema debes saber que el sabor estará mucho más fuerte después de que el líquido hierva. Por eso, agrega un poco de sal al inicio y luego al final cuando la preparación ya esté lista.