Hoy en día, los hijos, nietos u otro tipo de familiar cercano, está a cargo de una persona adulta mayor, que necesita un espacio adecuado que le permita seguir realizando sus actividades cotidianas. De acuerdo al INEI, en el segundo trimestre del 2022, el 39,4% de los hogares del país tiene entre sus miembros al menos una persona de 60 y más años de edad.
Con el paso del tiempo, los adultos mayores cambian sus capacidades físicas y necesitan un lugar cómodo y seguro. Es por ello que, Ricardo Jiménez, arquitecto y docente de la escuela de Ingeniería de Cibertec brinda un listado de cuatro zonas de tu casa que se deben adaptar para evitar accidentes y brindar facilidades de movilidad, en caso vivas con un adulto mayor.
Es el área más importante que se recomienda adaptar en una casa para disminuir el riesgo de caídas. La norma A-120, accesibilidad para personas con discapacidad y de las personas adultas mayores del RNE establece que en la medida de lo posible se debe instalar pisos con superficie antideslizante. Asimismo, se debe instalar barras de apoyo tubulares en las duchas y/o tinas, así como en los inodoros y lavatorios para que la persona pueda sostenerse; es importante que estas barras estén muy bien fijadas a elementos que garanticen su no desprendimiento. Si el adulto mayor está en silla de ruedas o tiene una movilidad muy limitada, también conviene instalar un asiento en la ducha que le permita bañarse con mayor comodidad y seguridad.
Este lugar es uno de los más peligrosos para una persona adulta mayor, por lo que es recomendable evitar el uso de alfombras y asegurarse de que, si la escalera está enchapada con porcelanato u otro material, todas las piezas se encuentren correctamente instaladas para evitar tropiezos y caídas. Igualmente, es fundamental que las escaleras tengan un pasamanos fijo y una buena iluminación para que ningún escalón pase desapercibido. En caso de presentar alguna incapacidad o convivir con personas con dificultades de movilidad y está en las posibilidades de la familia, lo idóneo es la instalación de algún mecanismo automático, como son las “sillas salvaescaleras”.
Este espacio es para que cada persona pueda disfrutar su privacidad. Por lo tanto, es crucial que sea agradable, cómodo y seguro. Es necesario que se cuente con una cama adecuada y elementos ortopédicos. El familiar mayor debe tener sus prendas más habituales a la mano e interruptores de luz cerca a la cama o a la entrada de la habitación que le permita visualizar todo el espacio donde se encuentre.
En un adulto mayor, pueden existir algunas pérdidas de memoria o disminución de las capacidades de los sentidos. Esto resulta peligroso a la hora de cocinar, porque un pequeño olvido puede causar que se quede el gas escapando o un artefacto eléctrico prendido por mucho tiempo. Por lo tanto, se recomienda que los artefactos de cocina, ya sean eléctricos o de gas, tengan apagado automático y un familiar esté atento a estos detalles. Por último, guardar los utensilios en gavetas accesibles a la persona que para el caso de una persona en silla de ruedas deberá ser entre 0.40 y 1.20 metros, esto ayuda a sacarlos con facilidad y tenerlos siempre a la mano.
Adaptar las viviendas a las necesidades del adulto mayor es fundamental para garantizar su calidad de vida y un envejecimiento digno. Además de hacer sentir a la persona importante y necesaria en las actividades del hogar.
Contenido GEC