Creada con el fin de visibilizar a las personas con discapacidad auditiva y promover el respeto de sus derechos, la Semana Internacional de la Persona Sorda tiene lugar del domingo 19 al domingo 26 de setiembre y comprende dos fechas importantes para la comunidad no oyente del Perú: el Día Internacional de la Persona Sorda (19 de setiembre) y el Día Internacional de la Lengua de Señas (23 de setiembre).
Esta semana nos recuerda la importancia de construir una sociedad inclusiva, en la que prevalezca la igualdad de oportunidades y en la que los derechos estén por encima del desconocimiento, la falta de voluntad o los estereotipos. Con el objetivo de informar y derribar los prejuicios, Jade Dávila, Gerente General de Sueños Compartidos, responde a continuación las preguntas más frecuentes sobre las personas sordas.
Todas las palabras que utilices con respeto y sin invalidar sus capacidades son correctas. Podemos utilizar: persona con discapacidad auditiva, persona sorda o persona no oyente.
Los términos que no se deben utilizar son: persona discapacitada, incapacitado, discapacitado o personas con habilidades diferentes. Esto último es un eufemismo que no reconoce la diversidad, mientras que con las otras expresiones se refuerza una imagen distorsionada de la discapacidad, que quita los rasgos de individualidad y las percibe solo en relación a su discapacidad.
Probablemente más de las que la mayoría imagina. La OMS estima que 360 millones de personas sufren pérdida auditiva, 328 millones de adultos y 32 millones de niños, más del 5% de la población mundial. En el Perú existen más de 1 millón de personas no oyentes.
El principal método de comunicación para las personas con discapacidad auditiva es la Lengua de Señas. La LSP (Lengua de Señas Peruana) es una lengua originaria del Perú creada por la comunidad sorda de nuestro país y no solo es un elemento importante, sino también necesario para asegurar el acceso a la información para las personas sordas, su desarrollo social y su calidad de vida. Pero para que esto ocurra, no solo las personas con sordera deben dominarla, sino que es responsabilidad de las personas oyentes aprenderla y compartirla para construir una sociedad más inclusiva.
El Estado y las empresas privadas también tienen una gran responsabilidad en sus manos, ya que a la fecha existen muy pocos espacios públicos adaptados a las personas con
discapacidad, con personal capacitado en Lengua de Señas Peruana y que puedan brindar una atención consciente, respetuosa y eficiente para este grupo.
Los principales obstáculos derivan de la falta de accesibilidad. Si bien esta puede ser idiomática, al no contar con un entorno accesible en Lengua de Señas Peruana, se le impide también acceder a un amplio abanico de posibilidades para desenvolverse en su medio social.
En este panorama, juega un rol fundamental la figura del intérprete de LSP (Lengua de Señas Peruana). Sin embargo, en nuestro país existe una ausencia de intérpretes de LSP en espacios primarios, por ejemplo, los medios de comunicación televisivos, que son de vital importancia para la inclusión de esta comunidad.
La llegada del COVID-19 supuso un verdadero reto para toda la población y la comunidad sorda no es la excepción. Por ejemplo, debido al desconocimiento general de la Lengua de Señas Peruana, las personas no oyentes suelen leer los labios para poder comprender lo que dicen otras personas. Sin embargo, con el uso del tapabocas esto se vuelve algo casi imposible y puede resultar muy frustrante para ellos.
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