Cuando el IMC de una persona se encuentra entre los 18 y 25 se puede decir que su estado es saludable; sin embargo, cuando estos niveles se encuentran entre 26 y 30 estamos hablando de sobrepeso. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta alteración física se define es como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial.
Denisse Champin, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), explica que “algunas enfermedades osteoarticulares (osteoartrosis) se acentúan con el sobrepeso y las articulaciones que cargan el peso del cuerpo son las rodillas y la cadera poniendo en riesgo alguna fractura”.
En este sentido, la especialista brinda las siguientes recomendaciones para prevenir el sobrepeso:
Por lo general, se necesitan más de 150 minutos a la semana para lograr cualquier pérdida de peso. El ejercicio puede ser, incluso, más útil para el mantenimiento que para la inducción de la pérdida de peso. En el caso de adultos con obesidad, se recomienda el ejercicio de intensidad moderada.
Esto no significa quedarse con hambre, se debe tener cinco comidas al día, lo que permite activar el metabolismo. Es importante aprender a comer saludable y se recomienda la asesoría con un nutricionista experto en alimentación saludable.
Este tipo de productos aporta calorías, pero no nutrientes y contribuyen a la ganancia de peso. Una manera de controlar el consumo de los mismos es comprobar cuál es su contenido en las etiquetas.
Algunos de los factores de riesgo de sobrepeso son la depresión, ciertos trastornos de la alimentación y ciertas afecciones psiquiátricas. Por ello, es importante mantener una buena salud mental y acudir a un especialista en la materia cuando sea necesario.
Un IMC a partir de 30, se considera obesidad. Esta última se divide en leve (IMC de 30 a 34,9), moderada (IMC de 35-39,9), grave (IMC ≥ 40) y súper obesidad (IMC ≥ 50).
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