Santa Anita: Hermanos Chávez Parco enseñan danza de tijeras [ENTREVISTA Y FOTOS]

Por sus venas no solo corre la misma sangre, sino también la pasión por la danza de tijeras. Los hermanos huancavelicanos Freddy (40), Gabriel (52) y Víctor (42) Chávez Parco, se han convertido en maestros de la coordinación, ritmo y misterio, y desde su escuela en Santa Anita enseñan este baile a quienes tengan la convicción y valentía de aprenderlo.

¿Son unos tromes en la danza de tijeras?

Gabriel: Para nosotros este baile es un estilo de vida.

Víctor: La satisfacción que sentimos cuando danzamos es indescriptible.

¿Se han presentado en varios escenarios?

Freddy: Hemos estado en casi todo el país. En el extranjero, en muchas partes de Europa y América.

¿Qué es lo más halagador que les han dicho?

Gabriel: Todo es bonito, los aplausos y el cariño de la gente. Afuera nos conocen más que en Huancavelica. Para ellos nuestro arte es una joya y nos sentimos complacidos por eso. Uno no es profeta en su tierra.

¿Por qué se dice que es una danza diabólica?

Víctor: Son creencias, pero nosotros sabemos que no es así.

¿Alguna vez los han discriminado?

Gabriel: Sí, recuerdo que una vez íbamos a tener una presentación en un colegio de Jesús María, pero el sacerdote no lo permitió, porque para él ‘hacíamos una danza diabólica’.

¿Empezaron desde muy chicos?

Freddy: Empezamos a temprana edad, como jugando.

Gabriel: En nuestra tierra la ‘Bajada de reyes’ se celebra tres días, el 5, 6 y 7 de enero. Ese último día coincidentemente era el cumpleaños de nuestro padre. Un grupo de danzantes de tijeras siempre bailaba en la puerta, pero cuando se iban, mi papá nos hacía bailar a nosotros.

¿Él los apoyaba?

Víctor: Tuvimos una infancia en la que no nos faltó nada, pero mi padre no estaba de acuerdo con que bailáramos de manera profesional. Es que para la gente de mi tierra solo bailan en las calles aquellos que no tienen dinero.

Gabriel: Mi abuelo lloró y mi padre se molestó muchísimo. Yo le decía: ‘No te estoy pidiendo nada, solo que me permitas bailar’, él me respondió: ‘Baila del río para allá, aquí jamás podrás hacerlo’.

Entonces, ¿él no gozó de su éxito?

Freddy: Nunca nos vio bailar en una tarima, nunca gozó de nuestro éxito. Mi madre, sí.

Ahora ustedes se dedican a la enseñanza…

Freddy: Tenemos una escuela en Santa Anita donde formamos danzantes de tijeras. Estamos muy contentos de ver que hay muchos chicos con talento.

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