, ¿y de todo? Mira, hay situaciones en la vida que, sin duda, ameritan que uno se queje, como una reacción natural para liberar tensiones por un evento en particular. Pero hacerlo constantemente no es bueno para ti ni para los que te rodean.

La queja no te deja ser feliz, te hace sentir amargado y desanimado. Además, trae pura negatividad. Vivir en esta época de pandemia no es sencillo, pero debemos buscar la salida más apropiada.

Para superar este hábito tan desgastante, es importante analizar los problemas y evaluar qué podemos hacer. No pretendas cambiar el mundo de los demás, haz un esfuerzo por mejorar el tuyo.

Recuerda que la energía que utilizamos en quejarnos es la que necesitamos para superar la adversidad. Modifica esa conducta. Puedes transformar tu vida y tu ambiente en algo más agradable y satisfactorio.


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