Investigaciones evidencian que el COVID-19 se transmite principalmente por el aire a través de partículas o fluidos dispersos cuando una persona infectada estornuda, tose o grita. Se les conoce como aerosoles y pueden permanecer en el aire durante minutos u horas, desplazándose varios metros, según los estudios.
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Y aunque es evidente que los aerosoles emitidos por personas sanas no son un problema, los emitidos por personas infectadas pueden contener virus.
En ambientes interiores mal ventilados, los aerosoles de una persona infecciosa se distribuyen por todo el espacio con el riesgo de que otras personas se contagien al inhalarlos.
COVID-19 en aerosol
Antes de la pandemia por coronavirus se tenía conocimiento de la dinámica de fluidos y aerosoles. Asimismo, este último año se han realizado estudios que han detectado SARS-CoV-2 infeccioso en el aire en interiores.
Por otro lado, experimentos en animales han demostrado que existe contagio sin contacto en absoluto. Y también se han estudiado múltiples eventos de supercontagio en los que una sola persona infecta a muchas que solo se pueden explicar por transmisión por aerosoles.
Incluso se ha determinado que infectarse en ambientes interiores es 20 veces más probable que en exteriores, lo cual de nuevo solo se puede explicar por la transmisión por aerosoles. Por su parte, la revista de salud The Lancet también lo ha confirmado en una reciente publicación de un artículo al respecto.
Asimismo, más de cien científicos españoles identificaron ocho puntos clave para acabar con la pandemia. Es un consenso alcanzado entre varias áreas de conocimiento como virología, ingeniería, ciencias ambientales o medicina.
Medidas de prevención
- Las mascarillas son eficaces y es necesario identificar y retirar del mercado aquellas que no lo son y enfatizar la necesidad de un buen ajuste.
- Se han de promover las actividades en el exterior. Esto implica facilitar el uso de parques y jardines.
- Los espacios interiores se deben ventilar con aire exterior de forma continua y suficiente, mediante ventilación natural o mecánica.
- Se ha de medir el CO₂ en interiores para verificar si la ventilación es adecuada. El CO₂ lo emitimos junto con los aerosoles al respirar, así que es un muy buen indicador de cuánto aire usado hay en un lugar.
- Utilizar la tecnología para el filtrado (los conocidos filtros HEPA) para eliminar eficazmente aerosoles respiratorios.
- Se ha de prestar especial atención a los centros educativos. Son espacios con las características que propician los eventos de supercontagio: muchas personas, muchas horas diarias y ventilación en ocasiones deficiente.
- Se han de desarrollar y aplicar criterios, procedimientos y normativas claros y eficaces en la reducción del riesgo de contagio. El primero puede ser un límite de 700-800 ppm de CO₂ en interiores compartidos (hasta 1000 ppm si hay filtración suficiente).
- La información de calidad es la mejor defensa. Se necesitan mensajes claros sobre cómo se transmite el virus y cómo protegernos.
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