El Seguro Social de Salud (EsSalud) recomienda controlar a tiempo la diabetes, la presión arterial, la obesidad y manejar bien las grasas en la sangre para prevenir derrames cerebrales y, de sufrirlos, acudir de inmediato a emergencia para evitar la muerte o una discapacidad.
“La forma de prevenir el derrame cerebral es controlar a tiempo la diabetes, la presión arterial, la obesidad y manejar bien las grasas en la sangre. Otras patologías y eventos que causan un derrame son el lupus eritematoso, coagulopatías, los aneurismas, accidentes de tránsito y traumatismos múltiples”, señala el jefe de Medicina Interna del Hospital Nacional Alberto Sabogal, Gabriel Vidal Domínguez.
El especialista del Seguro Social de Salud - EsSalud advierte sobre la importancia de llevar de forma inmediata al paciente al servicio de emergencia del hospital más cercano ante un accidente cerebro vascular (ACV) para evitar secuelas debido al daño de las neuronas como son parálisis del cuerpo, postración, incluso la muerte.
¿Que es el accidente cerebro vascular?
Vidal Domínguez precisa que el accidente cerebro vascular es una emergencia médica y hay dos tipos: isquémico y hemorrágico, que suelen presentarse como desmayo, pérdida súbita del habla, parálisis de alguna parte del cuerpo o dolor de cabeza intenso, por lo que deben ser conducidos inmediatamente a una emergencia.
- El accidente cerebro vascular de tipo isquémico es el más común. En general, es causado por un coágulo sanguíneo que bloquea o tapa un vaso sanguíneo en el cerebro. Esto impide que la sangre fluya hacia una zona de éste órgano y en cuestión de minutos las células del cerebro comienzan a morir, causando un gran daño a la función del cerebro. Este tipo de ACV es factible de poder ser mejorado desobstruyéndolo con tratamiento, pero debe ser antes de las 3 horas. Es ésta una de las principales razones del por qué ir lo más pronto a una emergencia.
- El ACV hemorrágico es menos común y ocurre cuando un vaso sanguíneo se rompe y sangra dentro del cerebro. En cuestión de minutos, las células del cerebro comienzan a morir. Las causas incluyen un aneurisma hemorrágico, una malformación arteriovenosa o la rotura de una pared arterial.
¿Cuáles son las causas y cómo se produce un ACV?
El especialista señala que los ACV no se producen de un momento a otro, sino que es por un daño progresivo de diabetes y presión alta mal controlada por muchos años, así como las grasas dentro de la sangre y la obesidad que por mucho tiempo van dañando las arterias, los vasos sanguíneos dentro del cerebro hasta que se rompen y hacen hemorragia o se obstruyen y ocasionan los infartos.
La sangre que se derrama en las hemorragias causa la muerte de miles o millones de neuronas y en un infarto igual, hay una zona que se muere porque no le llega la sangre. Dependiendo del lugar del derrame puede producir parálisis de medio cuerpo, problemas en el habla y si el infarto o hemorragia es gigante pueden fallecer.
El doctor Vidal Domínguez manifiesta que la tasa de atención con problemas de derrame, infarto o hemorragia es entre 10 a 20 pacientes en promedio mensual, nivel alto para las 100 camas que manejan, y de ellos, la gran mayoría es por presión alta, diabetes y dislipidemia (problema de grasas), y obesidad.
El profesional de salud aclara que el estrés no es una causa directa de infarto o hemorragia cerebral, pero que un estrés agudo puede subir la presión arterial y descompensar ciertos procesos internos.
Alerta a los pacientes
El galeno advierte estar atentos estos síntomas de alerta para llevar de Emergencia al paciente:
- Desmayos repentinos que pueden ser ocasionados por los ACV.
- La persona no puede hablar,
- Se queda sin respuesta,
- No pueden mover los brazos o
- Pierden fuerza en un lado del cuerpo.
La Sociedad Americana de Hipertensión recomienda el chequeo de la presión desde los 20 o 30 años, que es cuando empiezan a desarrollar esta patología. Es por ello que luego de muchos años más suceden los derrames cerebrales, entre los 40 y 60 años o más, sin presentar síntomas al inicio, igual ocurre con la diabetes, el colesterol alto y la obesidad, que no causan molestias en la juventud, pero con el paso de los años dañan las arterias y los vasos sanguíneos.