La vesícula es un órgano que almacena bilis, un líquido producido por el hígado para digerir las grasas. Tiene forma de pera y está ubicado debajo del hígado, al lado derecho del abdomen. Generalmente, ocasiona problemas cuando la persona tiene cálculos biliares y presenta bloqueo del conducto biliar (aumenta el riesgo de desarrollar pancreatitis), obstrucción del conducto cístico e inflamación o infección de la vesícula.
El doctor César Guiulfo, cirujano general laparoscopista de la Clínica Ricardo Palma, señala que en estos casos se recomienda extirpar la vesícula enferma y realizar una colecistectomía laparoscópica mínimamente invasiva. Como su nombre lo indica, el procedimiento se realiza con un equipo de laparoscopía que cuenta con una luz y una cámara en uno de los extremos, a fin de proyectar las imágenes en un monitor y reducir el tiempo de intervención.
La intervención, que tiene una duración aproximada de 30 minutos, se realiza en sala de operaciones, con todo el equipo quirúrgico adecuado. Al paciente se le administra anestesia general y está inconsciente durante toda la cirugía.
Preparación y cuidados posteriores
Como todo procedimiento quirúrgico es importante la preparación. El especialista le pedirá al paciente una serie de exámenes previos y el día de la cirugía éste debe permanecer en ayunas por lo menos 6 horas antes de la intervención, y solo si es hipertenso podrá tomar su medicación para mantener controlada la presión alta.
Al ser una intervención ambulatoria, el post operatorio es en casa, disminuyendo así el riesgo de contraer una infección intrahospitalaria. Por otro lado, se le explica al familiar a cargo todos los cuidados básicos que el paciente debe seguir en su hogar y cómo debe alimentarse.
La colecistectomía laparoscópica ofrece múltiples beneficios para el paciente: el procedimiento dura menos tiempo, es más segura, permite una rápida incorporación a las actividades normales y una estancia hospitalaria breve, en comparación a la operación convencional.
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