El principal síntoma de la hipersomnia es la elevación del número de horas de sueño necesarias para la edad del paciente. Foto: Freepik.
El principal síntoma de la hipersomnia es la elevación del número de horas de sueño necesarias para la edad del paciente. Foto: Freepik.

La hipersomnia es la necesidad de dormir más horas de las aceptadas para la edad y requerimientos de una persona, algunas veces empeora durante el invierno debido a la menor exposición solar o a la tendencia a desarrollar actividades bajo techo. Es distinta a la somnolencia diurna excesiva  caracterizada por los deseos de tomar siestas refrescantes durante el día o la tendencia de dormirse en situaciones de calma o monotonía.

El neurólogo Frank Villarreal, especialista en trastornos del sueño y coordinador de la Unidad de Medicina del Sueño de la Clínica Ricardo Palma, explica que la hipersomnia idiopática es una enfermedad caracterizada por una necesidad prolongada de sueño que no es reparadora ni mejora, incluso, aumentando horas de sueño.

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Existen múltiples factores que influyen en la presentación de esta afección. Por ejemplo, los cuadros afectivo-emocionales que provocan pasar mucho tiempo en cama (clinofilia), las patologías metabólicas o sistémicas como los cuadros respiratorios o alérgicos, así como el uso de medicamentos con efecto sedante.

Cuando el origen está directamente relacionado con el sueño, la apnea obstructiva del sueño (ronquido, pausas respiratorias al dormir, somnolencia diurna) y los movimientos periódicos de las extremidades (asociado a piernas inquietas) pueden ser las razones de este trastorno.  Sin embargo, cuando el trastorno no está vinculado a causas externas, se le denomina de origen central. En este caso se cree que existe una afección de los sistemas neuronales que conducen el estado de despertar (vigilia).

Síntomas, diagnóstico y tratamiento

El principal síntoma de la hipersomnia es la elevación del número de horas de sueño necesarias para la edad del paciente. En un adulto promedio se considera anormal un descanso nocturno de más de 9 horas. Y más de 10 horas, ya es un signo de alarma para el estudio de hipersomnias de origen central. Mala calidad de sueño, fatiga diurna, alteración de la concentración, abulia y apatía son otras características de esta patología. También pueden agregarse otras señales vinculadas a la causa de fondo de la patología.

En cuanto el diagnóstico, se realiza una evaluación médica completa con exámenes según el paciente. Además de una polisomnografía noctura en laboratorio y un test de latencias múltiples de sueño durante el día. Con ello, el especialista puede determinar si existen alteraciones en el sueño que aumentan la necesidad de descansar o hay un patrón especial de excesiva pulsión a dormir durante siestas controladas en el día.

El tratamiento se basa en la enfermedad de fondo que causa el padecimiento. Además, se trabaja estrategias para mejorar el sueño nocturno (como la higiene del sueño). Se aconseja dormir siestas reparadoras según el horario de las personas y, por último, se puede medicar con promotores de la vigilia, según los casos. Cuando la enfermedad causante tiene cura, también lo tendrá la hipersomnia.

Si se diagnostica hipersomnia idiopática solo se puede tratar. En la actualidad, se sabe que los síntomas de esta afección mejoran conforme se alcanza la adultez tardía.

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