La bacteria Escherichia coli puede contraerse por alimentos contaminados como: carne molida, leche no pasterurizada, productos frescos y agua contaminada. Cualquier persona puede estar expuesta a esta bacteria, pero existe un grupo de pacientes que están más propensas a adquirirla, como en el caso de los niños pequeños, ancianos y aquellos que tienen un sistema inmune debilitado.
El gastroenterólogo de la Clínica Santa Martha del Sur, Alex Jauregui nos explica mejor sobre esta bacteria, cómo detectarla y el tratamiento.
¿Qué es la bacteria Escherichia coli?
La bacteria Escherichia coli, también conocida como E. coli, se encuentra en los intestinos de las personas y de los animales sanos. Existen diversos tipos de Escherichia coli, de las cuales algunas son inofensivas y solo provocan diarrea; mientras otras cepas producen la toxina Shiga que daña el revestimiento del intestino delgado, causando diarrea con sangrado, vómitos y cólicos.
¿Cuáles son las causas?
El principal brote de esta infección es la ingesta de alimentos contaminados con material fecal como carne molida, leche cruda, vegetales y hortalizas que han tenido contacto con aguas servidas. Al no lavar y cocinar adecuadamente los insumos, la bacteria sobrevive y provoca una infección, incluso si solo se ingiere en pequeñas cantidades.
Otra forma de contagio también sucede por el contacto directo con alguien infectado o con heces. El especialista en gastroenterología comenta que las familias con niños infectados son más propensas a contagiarse, especialmente cuando no existe un correcto proceso de lavado de manos y de utensilios.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de la infección varían según el tipo de E. coli contraído. Este suele presentarse a través de fiebre, náuseas, vómitos, cólicos estomacales y diarrea, la cual puede llegar a contener sangre.
¿Cómo detectarla?
Si los síntomas mencionados anteriormente tienen una duración de 2 a 6 días, el paciente debe asistir al médico para poder detectar la presencia de la bacteria y realizar el diagnóstico.
¿En qué consiste el tratamiento?
El tratamiento para la infección por la bacteria Escherichia coli dependerá de la intensidad del cuadro y del tipo de bacteria. Se recomienda reposar en cama, mantenerse hidratado, no tomar medicamentos antidiarreicos ya que se necesita que el sistema digestivo logre eliminar las toxinas presentes.
Si la infección por E. coli es grave y ha causado insuficiencia renal potencialmente mortal, se necesitaría recurrir a la hospitalización para realizar transfusiones de sangre, líquidos intravenosos y diálisis renal.
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