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La gran incidencia de casos de contagio por COVID-19 en el mundo durante estas últimas semanas tiene dos culpables: las masivas reuniones sociales por fiestas navideñas y la tan contagiosa variante ómicron. Sin embargo, una tercera razón podría estar pasando desapercibida de manera silenciosa y no nos estamos dando cuenta: el uso de las mascarillas.

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Desde su obligatoriedad a finales de 2020, mucho se ha dicho sobre la efectividad de protección de estos materiales quirúrgicos; sin embargo, con la llegada de ómicron esto podría cambiar ya que, según detalla de España, no todas las mascarillas son efectivas para evitar infectarse con esta variante del coronavirus.

Según explica el medio, una alerta de la Universidad de Colorado señala que las mascarillas de tipo quirúrgico (comúnmente delgadas y color celeste) ya no sirven contra ómicron debido a su velocidad de transmisión nunca visto.

Tal como detalla la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta variante no es tan letal como delta, sin embargo, es 70 veces más contagiosa. Por ello, expertos consultados por el medio desaconsejan el uso de esas mascarillas quirúrgicas o las de tela, que se venden de manera comercial con diseños específicos.

Claire Judith Horwell, profesora en el Departamento de Ciencias de la Tierra y el Instituto de Peligros, Riesgos y Resiliencia de la Universidad de Durham (Reino Unido), señaló durante una entrevista con Canarias 7 que así podrías reconocer si tu mascarilla quirúrgica deja de tener efecto de protección contra el COVID-19:

“Si sentimos que nos entra aire en los ojos o las gafas se empañan de forma rápida, la mascarilla no sirve contra el virus”, asegura.

Asimismo, otro factor que muestra que no estamos completamente protegidos es notar que el aliento se escapa por los bordes de la mascarilla. “El aire que respiramos puede estar contaminado y atravesar la mascarilla”, señala.

Para complementar esta información, los (CDC, en inglés) señalan que las mascarillas de tela y las mascarillas quirúrgicas no ofrecen un ajuste hermético al contorno del rostro. El CO2 se libera en el aire a través de la mascarilla cuando exhala o habla. Las moléculas de CO2 son lo suficientemente pequeñas como para pasar fácilmente a través de las mascarillas de cualquier material.

“Las gotitas respiratorias portadoras del virus que causa el COVID-19 son mucho más grandes que las de CO2, por lo que no pueden pasar tan fácilmente a través de las mascarillas que están bien diseñadas y son utilizadas de forma correcta”, aseguraron en su portal.

Los expertos recomiendan el uso de las mascarillas FFP2 (KN95) o FFP3 debido a que se ajustan mejor a la forma de las caras impidiendo el ingreso del aire contaminado a nuestro organismo.

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