Si eres de las personas que empezó a tener un dolorcito como un hincón en las rodillas cada vez que bajas y subes las escaleras o cuando realizas alguna actividad de impacto; como correr o saltar; quizás sea una condromalacia de rodilla, y lo mejor es que acudas a un traumatólogo para que haga el descarte. Existen tratamientos que pueden ayudarte a manejar mejor esta situación, pues la idea es que sigas moviéndote y que realices algunos ejercicios, ya que tus músculos deben seguir trabajando y fortaleciéndose para evitar que el malestar sea mayor con el pasar de los años.
La doctora Kim Stearns, cirujana ortopédica de Cleveland Clinic nos explica en esta nota nos explica, qué es esta patología, las causas y síntomas. Además, nos dice sobre la importancia de hacer ciertos ejercicios para estar en movimiento.
¿Qué es la condromalacia de rodilla?
La condromalacia de rodilla, también conocida como condromalacia rotuliana, es una condición en la que el cartílago que recubre la parte posterior de la rótula (patela) se reblandece o degenera. Este cartílago actúa como un amortiguador, permitiendo que la rótula se deslice suavemente sobre el fémur durante los movimientos de la rodilla. Cuando se daña, puede causar fricción entre los huesos, lo que genera dolor, inflamación y, en algunos casos, rigidez.
Esta afección es más común en personas jóvenes, deportistas y en aquellas que realizan actividades que implican movimientos repetitivos de la rodilla, como correr o saltar. Sin embargo, también puede afectar a adultos mayores debido al desgaste natural del cartílago con el envejecimiento.
¿Cuáles son las causas?
Las causas de la condromalacia de rodilla pueden incluir:
· Uso excesivo: Movimientos repetitivos, como correr, saltar o subir escaleras, pueden generar microtraumatismos en el cartílago, especialmente si no hay suficiente tiempo para que la articulación se recupere.
· Mal alineamiento de la rótula: Una posición incorrecta de la rótula respecto al fémur puede aumentar la fricción y el desgaste del cartílago.
· Lesiones previas: Golpes directos o lesiones en la rodilla pueden debilitar el cartílago y predisponer al desarrollo de la condición.
· Debilidad muscular: Si los músculos del muslo (especialmente el cuádriceps) están débiles, no sostienen adecuadamente la rótula, lo que genera presión desigual en la articulación.
· Envejecimiento: Con el tiempo, el cartílago tiende a deteriorarse, aumentando la susceptibilidad a esta afección.
¿Cuáles son los principales síntomas?
Los síntomas más comunes de la condromalacia de rodilla incluyen:
- Dolor en la parte frontal de la rodilla: Generalmente se siente alrededor o detrás de la rótula y puede empeorar al realizar actividades como subir escaleras, arrodillarse o estar sentado durante largos períodos.
- Sensación de chasquido o crujido: Especialmente al doblar o estirar la rodilla.
- Inflamación: Aunque no siempre presente, puede haber hinchazón alrededor de la rodilla debido a la irritación del tejido.
- Rigidez después de la inactividad: El dolor o la incomodidad suelen aumentar después de estar sentado o inactivo por mucho tiempo.
¿Qué actividades puede realizar para reforzar la zona?
Fortalecer los músculos que rodean la rodilla es clave para estabilizar la rótula y reducir el dolor. Las actividades recomendadas incluyen:
- Ejercicios de fortalecimiento del cuádriceps.
- Extensiones de pierna con poco peso.
- Sentadillas parciales para minimizar la presión en la articulación.
- Estiramientos de isquiotibiales y pantorrillas: Mejoran la flexibilidad y reducen la tensión en la rodilla.
- Ejercicios de bajo impacto.
- Natación: Fortalece los músculos sin ejercer presión sobre las articulaciones.
- Ciclismo estacionario con baja resistencia: Mejora la fuerza muscular y la movilidad.
- Entrenamiento propioceptivo: Ejercicios de equilibrio, como pararse en una pierna o usar tablas de equilibrio, fortalecen los músculos estabilizadores de la rodilla.
¿Por qué no se debe dejar de hacer actividades físicas?
Evitar completamente la actividad física puede tener efectos adversos, como debilitar los músculos que sostienen la rodilla, aumentar la rigidez articular y empeorar los síntomas de la condromalacia. Mantenerse activo ayuda a:
- Fortalecer los músculos estabilizadores: Esto reduce la presión en la rótula y mejora la alineación de la articulación.
- Mejorar la flexibilidad y la movilidad: Los ejercicios regulares previenen la rigidez y aumentan el rango de movimiento.
- Promover la salud general: El ejercicio también mejora la circulación sanguínea, lo que ayuda a reducir la inflamación y fomenta la regeneración del tejido.
¿Cuáles son las mejores actividades físicas qué pueden hacer los pacientes?
Las actividades de bajo impacto son ideales para minimizar el estrés en la rodilla mientras se fortalecen los músculos. Algunas opciones son:
- Natación: Es una excelente forma de ejercicio que no ejerce presión en las articulaciones.
- Ciclismo estacionario: Con baja resistencia, ayuda a fortalecer el cuádriceps y mejorar el rango de movimiento de la rodilla.
- Yoga y pilates: Estas prácticas combinan fortalecimiento muscular con flexibilidad, lo que es ideal para personas con condromalacia.
- Caminatas suaves: En superficies planas y con calzado adecuado para evitar presión adicional en la rodilla.
TAMBIÉN PUEDES LEER:
Alergia crónica: ¿Por qué podría durar meses y qué es lo peligroso de una alergia?
¿Rostro hinchado y barriga prominente? ¿Sabías que pueden ser señales de cortisol elevado?