El experto recomienda ponerse en contacto con profesionales médicos y organizaciones de salud especializadas en el área, ya que la detección temprana puede marcar la diferencia en la vida de las personas afectadas por esta enfermedad. Foto: Freepik.
El experto recomienda ponerse en contacto con profesionales médicos y organizaciones de salud especializadas en el área, ya que la detección temprana puede marcar la diferencia en la vida de las personas afectadas por esta enfermedad. Foto: Freepik.

El carcinoma hepatocelular (CHC) ocupa el tercer lugar en incidencia entre los tumores del sistema digestivo en el Perú y presenta una tasa de mortalidad alarmante de 17.7 por cada 100,000 habitantes. Esta enfermedad se ha convertido en un desafío creciente para la salud pública en el país, con más de 2,174 nuevos casos diagnosticados anualmente, según el Ministerio de Salud (Minsa).

El doctor Javier Díaz, jefe de servicio de hepatología del Hospital Edgardo Rebagliati Martins, explica que el carcinoma hepatocelular representa aproximadamente el 90% de los cánceres hepáticos y es tres veces más común en hombres que en mujeres. Sorprendentemente, la mayoría de los pacientes diagnosticados en Perú, no contaron con diagnósticos oportunos, que sí son observados en otras partes del mundo, lo que hace que su detección sea aún más desafiante.

“Uno de los datos más preocupantes es que alrededor del 50% de las personas diagnosticadas con carcinoma hepatocelular se encuentran en etapas avanzadas de la enfermedad, lo que limita significativamente las opciones de tratamiento y reduce las tasas de supervivencia. Además, el 80-85% de los casos de CHC ocurren en pacientes que ya presentan cirrosis hepática”, comentó el Dr. Díaz.

Síntomas y prevención

El carcinoma hepatocelular es una enfermedad grave que a menudo no muestra síntomas hasta etapas avanzadas. Por lo tanto, es esencial que las personas con un alto riesgo de desarrollar cáncer de hígado (pacientes con cirrosis y hepatitis B), se sometan a exámenes de detección regulares. Algunos de los síntomas que podrían alertar a las personas sobre la posibilidad de tener CHC incluyen dolor o sensibilidad abdominal, facilidad para sangrar o desarrollar hematomas, aumento del tamaño abdominal, pérdida inexplicada de peso e ictericia.

“Para la detección temprana del carcinoma hepatocelular, se recomienda que las personas con un alto riesgo se sometan a exámenes de ultrasonido abdominal cada 6 meses, junto con análisis de sangre para medir los niveles de alfafetoproteína (AFP). En caso de sospecha de cáncer de hígado, se pueden realizar exámenes adicionales, como tomografía computarizada abdominal, resonancia magnética abdominal y biopsia de hígado”, afirma el Dr. Díaz.

Asimismo, el especialista señala que el pronóstico del CHC es sombrío si no se trata adecuadamente. “Lamentablemente, la mayoría de los pacientes morirán en los seis meses posteriores al diagnóstico si son diagnosticados en etapas muy avanzadas. La gravedad del carcinoma hepatocelular, incluida la cirrosis, se evalúa mediante el sistema de puntuación Child-Pugh, que permite a los médicos comunicarse de manera objetiva sobre la función hepática y el estado del paciente”, agregó.

Por ese motivo, el conocimiento y la prevención son esenciales para combatir este grave problema de salud en el Perú, en América Latina y el Caribe, donde se diagnostican anualmente 39,495 nuevos casos de CHC. El experto recomienda ponerse en contacto con profesionales médicos y organizaciones de salud especializadas en el área, ya que la detección temprana puede marcar la diferencia en la vida de las personas afectadas por esta enfermedad.

TAMBIÉN PUEDES LEER:


Contenido sugerido

Contenido GEC