De acuerdo al último reporte del Observatorio Global del Cáncer (Globocan), en el Perú, se diagnosticaron alrededor de 582 nuevos casos de cáncer de testículos en el 2020. Esta patología se presenta con mayor frecuencia en hombres de entre 15 y 35 años.
“No hay claridad absoluta sobre sus causas. Este tumor se asocia a factores de riesgo entre los que se cuentan la criptorquidia (testículo que no ha descendido), tener antecedentes familiares de la enfermedad o haberla sufrido antes, y ser VIH positivo. También pueden incidir agentes ambientales como el tabaquismo, la polución y el uso de anabólicos”, explica Jorge Díaz, jefe de Cirugía Urológica Oncológica de FALP.
Sus síntomas principales son la aparición de protuberancias en los genitales y el aumento en el tamaño de los mismos, la sensación de pesadez en el escroto, dolor en el abdomen o en la ingle, dolor o molestia en el testículo o escroto, agrandamiento o sensibilidad en las mamas (ginecomastia) y dolor de espalda.
Precisamente, para estar alerta a estos síntomas, se recomienda incorporar una vez al mes un autochequeo que permita advertir cambios considerables en los genitales y tratar a tiempo un posible tumor. Para ello, se deben seguir los siguientes pasos:
De rápido desarrollo, el cáncer testicular es, sin embargo, una patología que presenta altas tasas de curación —sobre el 95%— aún en etapas avanzadas.
“Es una enfermedad con buen pronóstico incluso cuando ya hay metástasis en los ganglios del abdomen o en el hígado, o nódulos pulmonares, porque responden bien a la cirugía, la radiación y las quimioterapias. Hay tumores que escapan un poco a esa norma, cuando ha pasado mucho tiempo y la enfermedad se hace inmanejable. Por eso son tan relevantes el diagnóstico y el tratamiento oportuno”, dice el Dr. Díaz.
Contenido GEC