Los lunares son pequeñas manchas o bultos que aparecen en la piel. La mayoría de ellos son benignos y podemos llevarlos desde el nacimiento. Pero están también los lunares adquiridos con el tiempo, a causa de la exposición al sol.
Así, a pesar de que la mayoría de personas desarrolla lunares, no todos están conscientes de si estas “manchitas” son benignas o malignas y, a veces, no somos conscientes de si cambian de forma, tamaño o color.
¿Cómo diferenciar un lunar bueno de uno malo? El doctor Martín Falla, de Oncosalud, nos enseña la regla del 'ABCD' para ayudarnos a identificar un posible lunar cancerígeno.
A. Asimetría: Presta mucha atención si la mitad de tu lunar no corresponde con la otra mitad.
B. Bordes: Revisa si el lunar tiene bordes irregulares, es decir, si los bordes no están bien definidos y no se sabe con exactitud dónde empieza y dónde termina la lesión.
C. Color: Si el lunar presenta más de un color, como café, negro, verde y rojo- también debe ser tenido en cuenta como signo de atención y debe conducirnos a estudiar con más rigor la lesión que tenemos.
D. Diámetro: Cuando un lunar mide más de 6 milímetros o 1 centímetro de diámetro o ha crecido desde la revisión anterior, también debemos alertarnos.
¡Ojo! Si tienes muchos lunares quizá sea más difícil que estés atento a cualquier cambio que ellos puedan presentar, y en tal caso, es importante la visita periódica con un especialista.
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