La principal razón del sangrado es la acumulación de placa bacteriana. Sucede que una mala higiene ocasiona que las bacterias no se eliminen y por el contrario, se endurezcan en el interior de la boca, convirtiéndose en sarro (placa mineralizada, calcificada).
Esto podría agravarse con la inflamación de las encías (gingivitis).
El sangrado también puede ser provocado por un cepillado demasiado fuerte, por un mal uso del hilo dental o prótesis dentales mal adaptadas.
La doctora Maggali Bravo de la Clínica Javier Prado explica que el sangrado de las encías, más común en adultos y adultos mayores, incluso puede originarse tras una sobredosis de medicamentos que disminuyen la coagulación de la sangre.
Recordemos siempre que cuando las encías están sanas, no sangran. Son rosadas y firmes.
CASOS ESPECIALES
Efectivamente, hay otros casos especiales donde el riesgo de tener sangrado en las encías puede aumentar. Estos son: fumar y beber alcohol, diabetes, sistema inmunitario debilitado, malnutrición, cambios hormonales propios del embarazo, pubertad o menopausia, déficit de vitamina K, que interviene en la coagulación de la sangre, leucemia y disfunción hepática (mal funcionamiento del hígado).
También hipertiroidismo (La glándula tiroides segrega más hormonas de las que necesita el organismo), trastornos del metabolismo del calcio, porque interviene en la coagulación de la sangre y déficit de vitamina C o ácido ascórbico, que interviene en la formación del tejido de las encías y los dientes, entre otras funciones.
La doctora Maggali Bravo de la Clínica Javier Prado nos comenta que si no se trata la gingivitis se puede desarrollar una afección llamada periodontitis, que irrita las encías y puede provocar más sangrado y dolor.
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