En esta época del año en que hace mucho frío, aumentan las infecciones por diferentes tipos de virus, que comprometen a los menores de edad desde muy pequeños (lactantes) hasta jovencitos (escolares). Las infecciones respiratorias inician con fiebre, dolor de cuerpo, secreción nasal (rinorrea) y luego tos, que puede ser seca o con flema.
La evolución de la infección dependerá de varios factores: el tipo de virus, cómo está el sistema inmunológico del menor (las defensas), su grado de nutrición, si está con sus vacunas al día, los cuidados que le demos en ese momento y su edad. A más pequeños, más riesgo de complicarse.
Por ejemplo, en los lactantes, un proceso gripal puede complicarse con una enfermedad que se llama bronquiolitis (infección de bronquiolos, en el aparato respiratorio), estando el niño con agitación, respiración rápida y dificultad respiratoria. Todo proceso febril en lactantes debe ser evaluado siempre por el pediatra.
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