Este es un habitual problema de salud. Puede ser de leve a severo y puede ser a corto o largo plazo. Lo importante es no restarle importancia. Hay que adoptar posturas adecuadas tanto en el trabajo, la casa y la cama todos los días.
EN EL TRABAJO
Si trabajas sentada, es fundamental que lo hagas correctamente. Siéntate lo más atrás posible, apoyando la columna contra el respaldo. Para no cargar la espalda, evita sentarte en el borde.
La silla debe situarse cerca del teclado, de modo que la espalda pueda mantenerse recta: caderas y rodillas en ángulo de 90°. La pantalla de la computadora debe estar a la altura de tus ojos, ni más abajo ni más arriba.
EN LA CASA
* No pienses en las tareas domésticos como una tarea contrarreloj. Adopta siempre una postura correcta y descansa entre cada faena.
* Flexiona las rodillas al levantar un objeto o levantar algo de peso.
* Evita trabajar de puntillas. Si debes coger un objeto de un armario o estante alto, utiliza siempre un banquito o una escalera pequeña.
* Antes de acostarte, date un baño relajante y acaba con una ducha donde puedas masajearte la espalda. Es un remedio perfecto para relajar la tensión acumulada a lo largo del día.
EN LA CAMA
* Elige un colchón ni muy blando ni muy duro, que apoye bien el cuerpo. Conviene que uses almohada (no muy alta) para alinear bien la columna. De esta manera no despertarás con dolores.
AL DESPERTAR
* Al levantarte de la cama, ponte primero de lado, estírate, baja las piernas, apóyalas en el suelo e incorpórate lentamente.
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