El embarazo es una de las etapas más maravillosas de la mujer. Aunque algunas veces se presentan algunas complicaciones es el proceso. Por eso, es muy importante tener buena alimentación rica en nutrientes, vitaminas y minerales necesarios para el buen crecimiento del bebé no nacido y el desempeño de la madre en su día a día.
Uno de los minerales indispensables es el hierro necesario para que el cuerpo produzca hemoglobina, y está directamente relacionado con el crecimiento y el desarrollo de una persona para evitar la anemia; así como al correcto funcionamiento de células y mucosas que son fundamentales en nuestra vida.
“Normalmente, obtenemos el hierro a través de los alimentos que consumimos a diario. Sin embargo, solo llegamos a absorber hasta el 30% o menos, haciéndonos propensos a sufrir de falta de hierro si no tenemos una alimentación correcta. Es muy importante aprender a prestar atención a las señales que pueden indicar la deficiencia de este nutriente”, indicó la doctora Giovanna Valdespino, jefa de Programas Preventivos de Sanitas.
Mujeres pueden ser las más afectadas
Es importante tener en cuenta que el 90% de las personas que consultan por deficiencia de hierro son mujeres, y son las más propensas a sufrir las consecuencias de la deficiencia de hierro debido a posibles anomalías en el ciclo menstrual.
Es importante que se vigile el aporte de hierro durante el embarazo, asegurando que sea suficiente para que el feto en crecimiento pueda desarrollarse correctamente. En muchos casos, como la necesidad de hierro es mucho mayor, los médicos recomiendan una suplementación en hierro y ácido fólico.
Tener una dieta rica en hierro, incluyendo alimentos como carnes rojas, aves, pescados, mariscos, huevos, quinoa, legumbres y vegetales es importante. Recuerde que es importante acudir a un médico si tiene señales de falta de hierro.
¿Cómo reconocer la falta de hierro?
Dependiendo de la severidad del problema, puede manifestar los siguientes síntomas y malestares:
Caída del cabello, problemas de resequedad en la piel, fatiga, cansancio o sueño excesivo, sensación de ahogo al caminar, molestias gastrointestinales como diarreas intermitentes o gastritis y pérdida del gusto. De ser así, debe acudir al médico para que haga los exámenes pertinentes, es decir, un cuadro hemático y un perfil de hierro completo.
La falta de hierro puede resultar muy grave en el bienestar general por la manera en que afecta los procesos del cuerpo, y adicionalmente, porque en la etapa más tardía y severa de la deficiencia, puede convertirse en anemia.
“Puede afectar al sistema digestivo, la piel, el cabello, la salud reproductiva, el desarrollo cognitivo en niños, la concentración, impedir el normal desarrollo de actividades físicas, y en algunos casos raros, está relacionado con problemas de coagulación como la trombosis”, indica Valdespino.
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