
Muchas veces, con el paso de los años y la aparición de enfermedades, los adultos mayores se ven obligados a dejar actividades que disfrutan, incluso su vida social, lo que puede conducir al aislamiento y al decaimiento emocional. Cuidar su salud mental es primordial y existe una solución sencilla para ayudar a revertir esta situación: la comunicación.
Una conversación fluida, frecuente y significativa fortalece el vínculo con la familia, estimula sus capacidades cognitivas y aporta bienestar emocional, al generarles la sensación de compañía y pertenencia.
Sin embargo, en muchos casos los problemas de salud interfieren en la comprensión y crean barreras comunicativas. En estas situaciones se requiere paciencia y dedicación. Es recomendable articular bien las palabras, mantener contacto visual y utilizar frases cortas y simples.

También influye el entorno: lo ideal es conversar en un lugar tranquilo, sin ruidos ni distracciones. Modular el tono de la voz, evitar los gritos y mantener la sonrisa facilitan una interacción más amena.
La comunicación no verbal es igual de importante. Un gesto, una caricia o un abrazo transmiten cariño, fortalecen la confianza y brindan serenidad a la persona mayor.










