Por diferentes motivos algunos padres causan ‘heridas’ en sus hijos durante la infancia. Estas son lesiones afectivas que impiden al menor llevar una vida plena, dificultan su relación con los demás y lo incapacitan para enfrentar los problemas.

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Para la psicoterapeuta Lorena Garzón estas son las 5 heridas emocionales que surgen en la infancia:

1. Herida del rechazo

En tu infancia no te aceptaron tal como eres, siempre te comparaban.

¿Cómo te proteges de adulto? Huyendo cuando alguien te hace sentir mal. Te aíslas, te alejas y no quieres ver a nadie, incluso a la gente que te quiere.

2. Herida del abandono

Tus padres estuvieron ausentes física y emocionalmente.

¿Cómo te proteges de adulto? Haces todo lo posible para que la persona que está a tu lado se quede contigo. Te da miedo quedarte solo.

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3. Herida de la humillación

Cuando eras niño te ridiculizaron y se avergonzaron de ti, puede ser en casa o en el colegio.

¿Cómo te proteges de adulto? La culpa y la vergüenza te impiden cuidarte y aceptarte, por eso te preocupas más por los demás y te olvidas de ti.

4. Herida de la traición

Tus padres o personas cercanas a ti no cumplieron sus promesas.

¿Cómo te proteges de adulto? Eres muy exigente en tus relaciones porque te da miedo que te mientan.

5. Herida de la injusticia

En tu niñez tuviste padres autoritarios y fríos, no reconocían tus logros.

¿Cómo te proteges de adulto? Escondiendo lo que sientes, te exiges mucho porque crees que se te apreciará por lo que haces bien y no por lo que eres.

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¿Sabes diferenciar un berrinche de una crisis emocional en tu hijo?

No son lo mismo y saber distinguirlas hará que guíes y apoyes mejor a tu hijo. Toma atención a estos episodios, tal vez detrás hay algo más, como problemas en casa, inseguridad o bullying.

Un berrinche busca conseguir algo en concreto. Por ejemplo, una golosina, un juguete o ver un programa favorito.
Un berrinche busca conseguir algo en concreto. Por ejemplo, una golosina, un juguete o ver un programa favorito.

Cuando ves que tu hijo se tira al piso, grita y llora sabes que estás frente a . Sin embargo, no siempre es así. Sin darte cuenta tal vez tu pequeño está enfrentando una crisis emocional. Por eso es importante que aprendas a diferenciar ambos conceptos, de esta manera podrás guiar y apoyar mejor a .

Para Manuel Saravia, psicólogo y psicoterapeuta del Instituto Guestalt de Lima, un berrinche busca conseguir algo en concreto. Por ejemplo, una golosina, un juguete o ver un programa favorito. Si lo consigue, dejará de hacer su rabieta y se tranquilizará.

Mientras que en una crisis emocional, el niño no se calma con nada. Todo empieza porque se siente abrumado o estresado por estar expuesto, por ejemplo, a ciertos sonidos, luces, sabores y texturas. Además, pueden sumarse ciertos problemas que enfrenta en casa, como la separación de los padres, no sentirse querido o ser víctima de bullying.

QUÉ HACER

Para los berrinches, Saravia recomienda no darle al niño aquello que desea. Más bien deben decirle que cuando se calme conversarán, ya que con esa actitud no logrará nada. Al darse cuenta de que no le hacen caso, se callará.

Cuando percibas que se trata de una crisis emocional, acércate a y pregúntale qué lo está afectando. Si no dice nada, baja a su nivel y abrázalo muy fuerte. Mientras lo haces puedes reafirmarle que siempre estarás para apoyarlo.

SABÍAS QUE...

Una discusión o pelea en casa también puede provocar una crisis emocional en el niño. Cuidado.

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