
Cada Navidad, miles de familias optan por regalar mascotas a los niños sin evaluar el compromiso que implica. Y aunque la intención es buena, las consecuencias pueden ser serias y terminar generando más problemas que alegrías.
“La llegada de una mascota debe ser una decisión familiar y bien planificada. Hay que estar preparados emocionalmente para recibir al animalito, porque ahora se sabe que son como esponjas que perciben el estrés del entorno”, señala el veterinario Anghelo Centeno, quien recomienda tener en cuenta estos tres puntos antes de regalar una mascota en Navidad:

1. NO SON JUGUETES. Son seres vivos que sienten miedo, frío, dolor y cariño. Trasladar al niño esa responsabilidad, sin la supervisión y compromiso real de un adulto, suele terminar en abandono o malos cuidados.
2. DICIEMBRE NO DURA TODO EL AÑO. La Navidad llega con entusiasmo, pero luego regresan las rutinas: colegio, trabajo, gastos y poco tiempo libre. Muchos cachorros son regalados sin pensar en qué pasará cuando se acabe la magia de las fiestas.
3. REQUIEREN TIEMPO, DINERO Y PACIENCIA. Vacunas, comida, juguetes y emergencias veterinarias son una inversión constante. Un perro puede vivir entre 10 y 15 años, por lo que deben preguntarse si realmente pueden asumir ese compromiso a largo plazo.
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