Cada vez que terminamos de comer es frecuente sentir una suerte de somnolencia que entorpece nuestra rutina laboral y nos hace cabecear y bostezar desde el escritorio. ¿Por qué nos ocurre esto?
Karla Gutiérrez, nutricionista de la Clínica Javier Prado, explica que se debe a que se produce un aumento de glucosa en la sangre lo que ocasiona la interacción y disminución de orexina, que es una proteína, encargada de regular el sueño y el control de apetito.
Para evitar que este mecanismo genere estados de ansiedad u obstaculice el desempeño laboral o escolar, la especialista ofrece algunas recomendaciones a fin de asegurar una tarde sin bostezos ni cabeceos.
-Procura reducir el consumo de alimentos que contengan carbohidratos y grasas tales como frituras, embutidos, harinas y pastas. Estos son más difíciles de digerir y por esa razón pasan más tiempo en nuestro estómago, aumentando de esta manera la fatiga, la sensación de pesadez y el sueño.
Además, al ingerir mucho almidón (presente en la mayor parte de carbohidratos) aumentan los niveles de melatonina en el cerebro, lo que nos hace sentir sueño.
-También es importante cenar entre 1 y 2 horas antes de acostarse. De esta manera te asegurarás de tener un buen descanso y digestión. También se pueden tomar infusiones de hierbas calientes, como anís, manzanilla, hierbaluisa, etc.
-Lo más recomendable es alimentarse de forma balanceada, incluyendo en nuestra dieta alguna proteína animal (carnes) o vegetal (menestras) acompañada por una buena fuente de fibra natural, como son las verduras y ensaladas.
-En el caso de los niños asegurar sus tres comidas principales (desayuno, almuerzo y cena). Así se podrá evitar problemas de anemia y bajo peso.
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