Se dice que las niñas alcanzan la madurez antes que los niños. Algunos estudios han avalado ese argumento, pero Antuanett López, psicóloga y especialista en niños y adolescentes, sostiene que esto no se puede afirmar en su totalidad, pues los menores están en plena formación física y mental. Por tanto, ambos tienen las mismas oportunidades de desarrollo. Sin embargo, el contexto familiar y el modo de crianza pueden hacer que uno madure antes que el otro.
Por ejemplo, en algunos hogares se le da más quehaceres a la niña que al niño. Esto hace que el cerebro de la mujer trabaje más rápido y pueda desarrollar varias tareas a la vez, algo que no sucede con el varón. Ahí radica la importancia de impartir un modo de crianza sin distinción de género.
AYÚDALO
Dale libertad para que tome sus propias decisiones y asuma las consecuencias de sus actos.
Muéstrale que todo tiene solución y que no se desespere ante un problema.
Dale responsabilidades en casa según su edad (tender su cama, guardar sus juguetes).
Enséñale a desarrollar la empatía y a expresar sus emociones. ¿Cómo? Todos los días pregúntale cómo está, qué le molesta.
