Hacer que los pequeños de la casa ayuden en las tareas domésticas no es fácil, se requiere de paciencia (más de la que te imaginas) y constancia para que lo conviertan en un hábito, el cual tiene muchos beneficios para su desarrollo.
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La profesora Julie Lythcott-Haims, de la Universidad de Standford, asegura que cuando los niños realizan labores domésticas como levantar su ropa o limpiar con un trapo, están desarrollando valores y habilidades socio emocionales como independencia, responsabilidad, empatía, trabajo en equipo, esfuerzo, tolerancia y resolución de problemas, entre muchos otros más.
Pero, ¿qué podemos hacer para que los niños ayuden en casa sin tener que llamarles la atención o repetirlo mil veces?
1. Guiarlos con el ejemplo
Los pequeños son una “esponjita” que aprenden de todo lo que observan y escuchan alrededor de ellos, así que cuando te ven haciendo las cosas a ti, no dudarán en hacer lo mismo y ayudarte, sobre todo los que tienen más de un año (a esa edad quieren imitarte y tienen una gran disposición). Cuida que este ejemplo venga por igual de mamá y papá.
2. Generar motivación
La mejor manera de involucrar a los pequeños es generando interés, los peques naturalmente encuentran atractivo el juego, cantar y bailar, así como el humor y la risa.
Sara, directora de Naran Xadul, por ejemplo, para inspirar a que sus peques cocinen, deja que cada uno se haga responsable del menú del día y juega con ellos al chef.
3. Designar labores de acuerdo a su edad
No es lo mismo sacudir un mueble que lavar trastes o barrer, es decir, se requieren ciertas habilidades que se adquieren conforme crecen los niños. Es importante darles quehaceres que puedan cumplir según su desarrollo, que al mismo tiempo les ayuden a mantener el interés, de lo contrario se pueden frustrar y por ende, perder la motivación.
Además, las labores domésticas permiten que los niños mejoren las motricidades fina y gruesa, el desarrollo sensorial y el cognitivo.
4. Crear rutinas
Cuando las actividades se mantienen constantes es más fácil crear una rutina. Al hacerlo, los niños ya sabrán que cada día tienen que cumplir con ciertas actividades, lo cual va fomentando la responsabilidad y autonomía de ellos. En niños pequeños son especialmente útiles las rutinas visuales.
Sandy, coordinadora editorial, le pone a sus peques una hoja de papel que pueden ir palomeando cuando cumplen con sus diferentes responsabilidades.
5. Reconocer el esfuerzo
Agradecer y destacar el esfuerzo que realizan en cada actividad, les hace sentir que están ayudando a que la casa se mantenga en orden con la cooperación de todos. Al reconocer puedes incluir no sólo lo que hizo el peque sino cómo está ayudando en casa.
6. Especificar las actividades
Es necesario dar indicaciones claras y precisas para que realicen lo que les estás pidiendo. Si la idea es muy general, pueden hacer cosas totalmente diferentes a las que tú piensas.
Cuando los niños sienten que son tomados en cuenta, es más fácil que colaboren, desarrollen su independencia y sean empáticos con los demás. Dejemos a un lado los regaños o gritos y demos paso a la comunicación clara y a su nivel.