La industria de la belleza continúa innovando con tratamientos cada vez menos invasivos, pero con resultados duraderos y visibles desde las primeras sesiones. En este año, las enzimas lipolíticas se han popularizado significativamente, convirtiéndose en el tratamiento favorito de quienes desean reducir la grasa localizada o, incluso, disminuir la apariencia de cicatrices queloides.
¿Qué son las enzimas lipolíticas?
Las enzimas lipolíticas son compuestos naturales presentes en nuestro cuerpo que facilitan la descomposición de las grasas, propiciando su eliminación por el sistema linfático. Se utilizan en tratamientos estéticos, a través de inyectables, para reducir grasa localizada, flacidez y cicatrices.
Existen diferentes tipos, una de las más requeridas es el PB Sérum de segunda generación, que son enzimas recombinantes -lipasa, colagenasa, liasa- con una buena degradación en el cuerpo y penetración en tejidos.
En medio del apogeo de este procedimiento, Walter Marrou, especialista en cuidado de la piel y cirujano plástico, comparte datos y desmiente mitos sobre este innovador tratamiento, que promete resultados duraderos en solo tres sesiones.
- MITO: “Las enzimas lipolíticas reemplazan a la bichectomía”
No son iguales. En la bichectomía se retiran parcialmente las bolas de Bichat, que se encuentran en un plano profundo submuscular. Por el contrario, las enzimas tratan la grasa superficial localizada en el tejido celular subcutáneo. “No se sustituyen, pero una puede complementar a la otra para un mejor resultado”, sostiene.
- VERDAD: “El procedimiento debe complementarse con dieta y ejercicio”
La colocación de enzimas, como cualquier procedimiento de reducción de grasa localizada, debe complementarse con una dieta balanceada y siguiendo una rutina de ejercicios diarios. Esto mantiene el resultado, que, en caso no hayan subidas drásticas de peso, puede ser permanente.
- MITO: “Para obtener buenos resultados son necesarias muchas sesiones”
Normalmente son necesarias tres sesiones de enzimas cada quince días para lograr un resultado permanente, pero esto varía de acuerdo a cada paciente. Una vez terminadas las sesiones, no es necesario repetir el procedimiento.
- VERDAD: “Además de reducir grasa localizada, las enzimas son capaces de mejorar las cicatrices queloides”
Aunque este tipo de cicatrices son muy difíciles de tratar, el doctor Marrou logra que se reduzcan al máximo usando un plan multidisciplinario en el que, además de la aplicación de enzimas, combina distintas estrategias como inyección de corticoides, tratamientos con láser y uso de toxina botulínica.
La suma de ello brinda mejores resultados, pero estos dependen mucho del factor genético, el tipo de piel, la edad del paciente y el tiempo de la cicatriz.
- MITO: “Es un procedimiento muy doloroso y puede dejar imperfecciones”
Antes de la aplicación de enzimas, se coloca anestesia local en la zona, lo que reduce el dolor. Además, las enzimas lipolíticas son colocadas con agujas muy finas, haciendo bastante tolerable el procedimiento.
“Los cuidados posteriores varían de acuerdo al paciente, pero en caso se presente dolor se pueden administrar analgésicos. Las enzimas como el PB SÉRUM de segunda generación tienen buena penetración en tejidos y su acción no deja imperfecciones luego de masajear el área tratada”, agrega.
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